La escritora.
Fecha: 09/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: pocolillo, Fuente: RelatosEróticos
... directamente hasta la garganta y comenzó a hacerme una mamada espectacular, una de sus manos acariciaba mis huevos y la otra me apretaba fuerte el muslo mientras seguía follándome con su boca. –Ana para-, le dije, -ahora me toca saber a mi como soy, te recuerdo que tenemos que escribir un relato-, y reincorporándola del suelo, me acerqué a ella y comencé a oler su pelo, mi manos la cogieron su cintura y con delicadeza cogí su top y se lo quité lentamente, le acaricié el pelo, y mis manos bajaron buscando el cierre de su sosten, que encontraron y abrieron con rapidez para poder ver los pechos que tenía ante mí, hermosos, redondos, con unos pezones grandes y duros, ¿puedo probarlos?-, le dije, ella me cogió la cabeza y los acercó a sus senos, mi lengua los saboreó delicadamente, con movimientos circulares, estaban duros, eran gruesos, mis manos acariciaban su cintura, sentía como su cuerpo se erizaba y fui bajando poco a poco hasta ser yo el que estaba de rodillas.
Ella tenía los ojos cerrados, y sus manos seguían en mi cabeza, acariciando mi pelo, le desabroché la falda que cayó de un tirón sobre el suelo, olí su sexo, cubierto por un tanga de color negro que fui quitando poco a poco, su sexo estaba brillante, una ligera mata de pelo lo cubría, pero suave, muy suave, me acerqué y lo probé, estaba caliente, estaba mojado, estaba sabroso, y comencé con mi lengua a saborearlo una y otra vez. Ana comenzó a jadear, apretaba su sexo contra mi boca, mi manos sobaban su duro culo ...
... y ahora fue ella la que habló, -Andrés, para-, y casi tirándome del pelo me fue subiendo hasta que nuestras bocas se encontraron, y nuestros ojos se miraron, y nos besamos, nuestras lenguas se juntaron y nuestros cuerpos se abrazaron, sus manos acariciaban mi espalda todavía cubierta por la camisa, busque su cuello, mis manos apretaban su culo, y mi polla, totalmente dura y gorda se rozaba por su barriga. –Vamos al sofá, la quiero dentro-, me dijo mientras me cogía de la mano y me llevaba al sofá donde me empujó y me sentó con brusquedad, sus ojos, su expresión habían pasado del nerviosismo inicial, del desconcierto por la situación a un estado de lujuria que me había contagiado.
Me quitó la camisa y poniéndose de rodillas sobre mí, agarro mi polla y la fue colocando a la entrada de su sexo, empezó a rozarla sobre su clítoris, empecé a reconocer la música chillout que nos había acompañado toda la tarde y a la que no le había prestado la más mínima antención, y de repente empezó a dejarse caer sobre mi, escuche como sus ahhhh se hacía largos, le entraba con dificultada pero le iba entrando y se iba acomodando a ella hasta que se la clavó entera, se movió un poco y buscó mi boca, y buscó mi lengua y empezó a moverse más rápidamente, mis manos la cogían por el culo y la ayudaba a que fuese subiendo y bajando por mi miembro, me cada embestida era mas placentera, se echó para atrás y comencé a chuparle sus pechos con fuerza, sus movimientos se iban acelerando, sentía que se iba ...