1. Una partida de cartas


    Fecha: 10/04/2018, Categorías: Incesto Autor: Ba-bosa, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Sara, tengo 32 años, os diré que soy bastante fogosa y que me gusta follar muy a menudo. Era sobre el mes de mayo del año pasado y estaba preocupada porque mi marido me hacía el amor muy de vez en cuando y un día decidí llamar a Pablo, un amigo de mi marido que siempre estuvo enamorado de mí, o eso creo.
    
    Le conté lo que me pasaba y después de mucho charlar, me confesó que mi marido se reunía todas las semanas en casa de un compañero de trabajo soltero a jugar a las cartas y entre todos pagaban a una puta y el que ganaba se la tiraba. Parece ser que mi marido tenía mucha suerte y les ganaba bastante. Yo me sentí totalmente indignada y le dije que me dijera donde vivía ese amigo soltero y me dijo que no sabía. Yo quería ir para confirmar si era verdad, le supliqué, incluso le besé sabiendo de lo que sentía por mí.
    
    —En la calle Velázquez, al lado de un quiosco de prensa en el ático del bloque 12 —me dijo.
    
    —¿Y cómo se llama?
    
    —Luis.
    
    Me fui corriendo en busca de la casa de Luis, mientras Pablo me gritaba que no dijese que fue él quien me lo contó. Por el camino pensaba que por eso el muy cabrón de mi marido no me relacionaba con sus compañeros de trabajo.
    
    Yo sabía que se reunían, pero no para eso. Llegué al portal, la puerta estaba abierta y subí los cinco pisos corriendo. Llegué asfixiada, cogí aire y llamé con fuerza. Abrió un tipo bastante mayor, de unos 55 o 60 años.
    
    —¿Luis? —le pregunté dudando.
    
    —¿Celia? —me respondió.
    
    —¿Cómo?
    
    —¿La ...
    ... chica de la fiesta de mañana? La agencia me dijo que si no venías no tenían a nadie libre, ya estaba pensando que mañana nos quedábamos sin nadie. Pasa, por favor.
    
    Sin saber cómo, y temblándome las piernas, entré en el piso. Era de una sola habitación, lo inspeccioné deprisa. Al fondo estaba la cama en un rincón, y pensé: "Ahí es donde mi marido se las tira. Hijo de puta". Me senté en el sofá, estaba cansada y sudorosa.
    
    —No tienes pinta de zorra —me dijo sonriendo.
    
    —Es que intento pasar desapercibida.
    
    —¿Y ese anillo? ¿Estás casada?
    
    —No, es para que no se me acerquen los moscones —contesté rápidamente, sin creerme yo misma tanta soltura.
    
    De pronto me sentí excitada en esa situación, un desconocido me creía una puta y yo aceptaba el papel. Se acercó por detrás del sofá y sin darme tiempo a reaccionar, me metió su mano entre el traje y el sujetador, y con sus dedos pulgar e índice empezó a jugar con mi pezón. Pasaron 4 o 5 segundos hasta que reaccioné y le quité la mano bruscamente.
    
    —¿Qué haces?
    
    —Todas me dejan probar algo de material antes de llegar a un acuerdo.
    
    —Pues yo no —le contesté enérgicamente.
    
    —Al menos déjame verte cómo eres, ¿O crees que voy a pagar sin saber cómo estás?
    
    Pensé durante un rato, quería sacarle información, pero tenía ciertas dudas de cómo actuar. Me volví a acordar de lo que me hacía mi marido y reaccioné. Me levanté y sin pensarlo dejé caer el vestido. Solo tenía unas braguitas de tanga rosa muy transparentes que estaban ...
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