Seducción fortuita a una madura
Fecha: 15/07/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... palabras. - Vaya. gracias. Ahora me siento como si debiera devolverte el cumplido + Jajajaja. Nada. …, mejor para mí, por fin lo he soltado - ¿El qué? ¿que te parezco atractiva? + Muy atractiva, de hecho. No te lo tengo que decir yo, tendrás espejos en casa. Ella rio soltando aire por la nariz, boca cerrada. Se le quedó una sonrisa que no se fue en un minuto largo. Mi corazón se había calmado un poco, pero seguía más rápido de lo normal. - Gracias. Se agradece que alguien te diga eso + Y si alguien te dice lo contrario es que es bobo -dije recalcando la palabra “bobo”. - Jajajaja ¿Te gustan las mujeres mayores? + En realidad me gustas tú Era la pura verdad: normalmente no me fijo mucho en mujeres demasiado mayores que yo. Volvió a reírse de la misma manera. Esto para mí había llegado a un punto de no retorno. - Qué atrevido… pues hasta ahora lo has disimulado muy bien + Sí, ya ves, no voy por ahí diciéndoles a mujeres casadas lo mucho que me gustan, no es mi estilo Sabía que estaba casada porque a veces me hablaba de su marido y los niños - Jajajaja. No te voy a decir que no me agrada que me lo hayas dicho. Sienta bien viniendo de ti, la verdad Aquí no dije nada, seguí mirándola para obligarla a seguir hablando - Mírate, eres el único hombre joven en todo el colegio. Nos tienes a todas loquitas, como quien dice. Solo había otros cuatro profesores, todos ellos probablemente pasando de los 50 y a veces algunas profesoras decían que les gustaba que un hombre joven hubiera ...
... llegado al colegio. Pero nunca había oído a María hablar de ello. + Entonces tú también eres buena disimulando -dije con una media sonrisa que implicaba que estaba medio bromeando - Jajajaja. Debe de ser eso. Tampoco nadie tiene que decirte a ti que estás muy bien + Gracias. Eso es algo que me puede decir mi abuela, pero siendo tú, te aseguro que es mejor que cualquier piropo currado. - Jajajaja. Qué gracioso eres. Miré el reloj y eran cerca de las 3. Tenía que irme. Quería irme para pensar en lo que acababa de pasar. Supuse que ella también debía irse. + Me tengo que ir. No he hecho todo lo que quería hacer, pero ha merecido la pena - Hasta mañana -dijo con una sonrisa que hasta ahora no había visto en ella No pude parar de pensar en nuestra última interacción durante el resto del día. Ya no pensaba en ella en sí, sino en nuestra conversación. Sabía que se me iba a quedar grabada. Esa tarde me llegó un mensaje suyo de Whatsapp, hasta ese momento utilizado para mensajes profesionales: “Que sepas que me has alegrado el día” Yo ya no me iba a quedar atrás. Si era necesario le diría que me volvía loco: “Que sepas que tú me alegras muchos días cuando te veo”, de nuevo la pura verdad No obtuve ninguna contestación, pero de alguna manera sabía que le había calado hondo. Los siguientes días fueron casi normales. Nos pescábamos el uno al otro mirándonos en todos lados y la mayoría de veces nos sonreíamos furtivamente, tratando celosamente de que nadie más se diera cuenta. Esto fue lo que ...