1. Seducción fortuita a una madura


    Fecha: 15/07/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... paso rápido a lo que supuse su dormitorio. Me quité los calzoncillos. Volvió con un preservativo a medio abrir. En realidad, yo tenía dos en la cazadora. Se lo puso entre los dientes y con esa sonrisa que había estado dirigiéndome las últimas semanas me empujó hasta sentarme en el sofá. Se puso de rodillas sobre la alfombra, tomó mi pene y comenzó a hacerme una paja, lentamente, mientras me miraba a los ojos. Comenzó a chuparlo ligeramente, empezando por el glande. Solo podía pensar en que hacía unas tres semanas todo esto solo lo sentía posible en mi cabeza. Absorto en el placer y en esos pensamientos estaba cuando noté que me estaba poniendo el preservativo y ayudé. Se subió a horcajadas sobre mí al sofá y comenzó a acariciarme el pecho y a comerme el cuello. Sus tetas no eran demasiado grandes, pero perfectamente formadas, unos pechos que invitaban a comerlos y tocarlos. Jugué con uno de sus pezones y lo chupé, luego el otro. Ella me estaba dando lametones por todo el cuello. Comencé a rozarle el clítoris con el pene y busqué la vagina. Entró lentamente y ella dejó escapar un gemido ahogado. Se acercó a mi oreja, me mordió el lóbulo y me susurró: - No te muevas Comenzó a subir y bajar como si le hubieran dado cuerda, lento al principio. Llevé mi mano a su clítoris, rozándolo como podía acompañando con mi mano sus movimientos arriba y abajo. Sus gemidos podrían oírse en toda la casa. A veces llevaba una de sus manos a la mía que estaba en su clítoris. Ciertos movimientos ...
    ... de su cuerpo denotaban que estaba empezando a deshacerse en placer. Subió el ritmo de sus movimientos. Algo me obligó a moverme yo también. Ella seguía subiendo y bajando como si le fuera la vida en ello y yo trabajando su clítoris. Al cabo de un rato pegó una serie de gemidos desgarradores que alguien escuchando podría decir que eran de dolor. Nos corrimos. Se desplomó sobre mí, jadeando, durante un rato que sería como un minuto pero que a mí me pareció una eternidad. Quería sentirla tan cerca de mí que casi oía su corazón, sintiendo el olor de su cuerpo, de modo que no me moví yo el primero. Se irguió para sacársela y me besó de nuevo. Me quité el preservativo. Antes de que pudiera decirle que yo tenía otro, se fue de nuevo al dormitorio. Busqué el baño para coger un trozo de papel para envolverlo y tirarlo luego, también para limpiar lo que hubiera que limpiar. Al ir de nuevo al salón, vi que estaba entrando mientras empezaba a abrir otro preservativo. + Trae aquí, ahora voy a hacerlo todo yo, - dije, arrebatándole el preservativo de las manos La cogí de las caderas y la empujé hasta esa parte del sofá que parece un diván, para tumbarse en dirección a la TV. Hice que se tumbara allí y me abalancé sobre ella, empezando por besarla brevemente, siguiendo por su cuello, devolviéndole los lametones de antes. Con una mano me apoyaba y con la otra le acariciaba las tetas, deteniéndome en los pezones. Fui bajando hasta su pecho. Mi mano bajó hasta su coño, que en ese momento estaba ...
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