El recepcionista del turno de noche del hostal
Fecha: 13/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
¿Os sabéis esa de “Fuah! Los recepcionistas del turno de noche de un hotel tienen que haber vivido cada historia...”? Pues es verdad. Palabra de recepcionista de turno de noche de un pequeño hostal de veraneo.
Es más, hay ocasiones en las que esas historias van mucho más allá de lo anecdótico y, en el caso de los relatos que nos ocupan, de su connotación sexual. Veréis.. ¿Y qué pasa con esas ocasiones en las que todo, absolutamente todo, se pone en movimiento de manera perfecta, repito, PERFECTA?
Este relato es el puto cuento de hadas para un tío. Es mi cuento de hadas.
Y os tengo que contar la historia desde el principio, claro. Pero se puede hacer una síntesis muy concreta. No os preocupéis, que no voy a extenderme demasiado.
El verano pasado fue el último de mi yo anterior: Un yo que reventó el día que salió de su casa con la idea de no volver y que, dejando atrás esposa y mascota, se adentraba en un camino tan incierto como aterrador. ¡Qué difícil es afrontar tu primera separación! ¡Qué de hostias te pegas!
Este verano, por el contrario, es el primero del resto de mi vida. ¡Y va rodao!
¿Habéis oído hablar de Cabo de Gata, verdad? No hay español que ya no la conozca, al menos, de oídas. ¿Os suena la playa de los Muertos? ¿Mónsul? ¿Las Negras? ¿San José? Es un paraíso que hay en Almería, una esquinita del mundo que está virgen y con mil tesoros a nuestro alcance.
Mi nombre es Fulanito y yo soy mar: un lagarto de playa que tiene facilidad para ...
... desconectar del mundo y conectarse con la naturaleza conforme se tira en la arena y se deja llevar por el arrullo de las olas.
Mi playa es Barronal: la zona naturista del parque de Cabo de Gata. Un área que va más allá de la propia playa y que se extiende de este a oeste desde Genoveses hasta Mónsul: Más de un par de kilómetros de calas, sendas y montañas por las que poder pasear desnudo en comunión con el entorno. Un lugar en el que es facilísimo conectar con tu yo más interior y ser inmensamente feliz.
La conocí el verano pasado, el último de mi yo anterior, ¿Recordáis? El verano pasado necesitaba encontrarme y, como disponía de todo mi tiempo para mí, tuve la oportunidad de dedicármelo y de hacerme regalos como, por ejemplo, ir a conocer Cabo de Gata.
Este verano, el primero de mi nuevo yo, vuelvo a tenerla cerca pero porque resulta que estoy trabajando en el turno de noche de un pequeño hostal de San José al que, por si acaso, no vamos a ponerle nombre. Y, para quien no termine de conocer esto, de San José a la playa de Barronal hay apenas diez minutos en coche, ya aparcado y todo.
Tengo que contaros de mí, además, que soy ave nocturna: no me resulta difícil trabajar de noche porque, como nos pasa a los soñadores, es nuestro mejor momento. Una jornada laboral que termina a las siete de la mañana es algo ideal: sobre todo si, además, te ofrece tantas posibilidades de aprovechar ese tiempo como me pasa a mí.
¿Os lo imagináis? Soy, para empezar, un afortunado ...