LA CABRONA DEL BAR
Fecha: 15/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... siéntate me dijo secamente en una mesa, despacho a las muchachas cierro y estamos listos. Fui a la mesa, se acerco una muchacha con una cerveza y me dijo, se lo va a comer vivo usted no sabe en lo que se metió, espero que sea bien hombre con esta vieja puta y se fue. Quede un poco nervioso con el comentario, me imagine que era sádica y que le gustaba golpear, pero no creo pensé.
Al fin dio la orden del cierre, algunos parroquianos salieron casi a gatas a otros los tuvieron que arrastrarlos las mismas mujeres para que salieran. No me moví de mi mesa, de pronto las puertas se cerraron, las muchachas se fueron a dormir y la cabrona apago las luces del bar. Se acerco, estamos listos entonces a lo nuestro.
Me tomo de la mano y nos dirigimos a una puerta donde estaban los dormitorios. Un corredor alumbrado con una luz roja tenue y largo, con siete puertas a la izquierda. Entramos en la puerta cinco. A decir verdad era un cubículo, la cama ocupaba apenas el largo del cubículo y solo quedaban un par de metros para el velador, una silla y algo de espacio para moverse. Había un intenso olor rancio mezcla de vagina, trasero, pene y sexo de esa noche, mire a la izquierda y un gran basurero plástico lleno de papel higiénico usado estaba como si nada, había una sola ventana y estaba cerrada.
La cabrona me miro y me dijo ahora vamos a ver de que estas hecho, me dijo que me sacara la ropa, mientras ella hacia lo mismo. El calor dado la gran excitación que tenía lo sentía aun más ...
... intenso y transpiraba mucho, pagaría por una ducha helada; cuando quedamos desnudos nos miramos por un instante. La mulata vieja era todo aquello que imaginaba, su rostro estaba desencajado y me miraba con depravación, sus piernas un poco chuecas hacia adentro era de grandes muslos celulíticos, su abdomen no eran tan caído como pensaba, sus grandes senos caídos eran esplendidos con un pezón y una aureola muy negra con una piel con un tono amarillo esplendido. Su vagina era casi lampiña con unos bellos pocos en los labios vaginales, sus caderas eran amplias y sin tocarlas aun la imaginaba suaves. Me acaricio el pene y sentí su mano transpirada tocándome los testículos que también estaban muy transpirados, era una experta y me corrió una pequeña paja para darme vida. La abrase para sentir ese cuerpo, estaba jabonosa, le tome el trasero y lo acaricie, era una delicia, muy suelto y fofo, no resistí la tentación de acariciarle la vagina y como si nada le metí un dedo en al ano, me beso intensamente, sentí en su boca el gusto a tabaco, alcohol y quien sabe que más, su lengua entro y la succione con fuerza. Los dos hacíamos agua por el calor intenso y la excitación.
Ya me dijo ahora te quiero ver, me empujo suavemente para que me retirara, se sentó en la cama usando como respaldo la pared; se abrió de piernas se metió un dedo en la vagina y se acaricio los labios vaginales y luego lo chupo, ven me dijo esta muy rica. Ese gesto me excito aun más, me acerque a ella y fui a su boca ...