1. Secretos entre primos (Final)


    Fecha: 16/04/2018, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... tendió y recorrió mi cuerpo con su vista. No había nada más erótico que ver su rostro mientras apreciaba el mío. Una mezcla entre seriedad, lujuria y admiración. Lo tomé de la nuca y lo acerqué a mi rostro para volver a probar sus deliciosos labios. Su vientre se pegó al mío y mis manos viajaron a su firme culo. Su cadera se movía hacia adelante y atrás, de manera que su pene rozaba contra mi ombligo dejando una brillante estela. De pronto comenzó a bajar por mi cuello y pecho, hasta llegar a mi pubis. Jugó unos segundos con su lengua en ese lugar, provocando que mi verga diera sacudidas de placer. Me torturó por unos segundos hasta que decidió que era momento de tomar mi miembro: gemí al instante. Apenas su boca rodeó mi glande, vacié unas gotas de mi pre-semen en su lengua. Él las saboreó como si se tratara de un exquisito elíxir. El viento acariciaba mi cuerpo y le añadía una gloriosa frescura a la humedad que Federico dejaba en mi piel con cada lamida. Le susurré que era mejor que entráramos para no tentar a la suerte. Sin perder tiempo nos ocultamos en nuestro nido y continuamos con lo que hacíamos. Ya tenía mi pene y testículos húmedos por su saliva, y consideré que era momento de darle una atención especial. Lo detuve y le indiqué que se recostara. Su pene estaba completamente tieso sobre su abdomen y automáticamente comencé a relamerme los labios. Sus testículos se recogieron cuando le di la primera lamida a su escroto. Lentamente fui subiendo por el tronco de ...
    ... su verga con mi lengua, hasta que llegué a su jugoso glande. Abrí mi boca y lo dejé entrar. Succioné con fuerza para vaciar el pre-semen que tenía acumulado y gocé de su glorioso sabor. Sus manos se posaron en mi cabeza y fueron marcando un lento ritmo. Jugué con su prepucio y besé el sexy lunar que estaba en su glande. Sus gemidos roncos y masculinos encendían mi cuerpo, impulsándome a continuar y a jugármela al cien por ciento. Luego de unos minutos interrumpió la mamada y me propuso hacer un 69, de manera que me monté sobre él y le dejé mi culo a la altura de su cara. No perdió tiempo y se hundió entre mis nalgas buscando mi agujero. Gemí cuando su lengua hizo contacto con ese sensible lugar y no me importó hacer más ruido de lo necesario ya que no había nadie que pudiera escuchar. Su lengua viajaba de mi coxis hasta la punta de mi verga, saboreando cada milímetro. El primer dedo entró apretado pero sin dolor, y mis caderas se movieron desesperadas cuando el primer nudillo chocó mis nalgas. Entendió que estaba listo para recibir más y a continuación introdujo el segundo. Mi cuerpo respondía de forma magnífica a sus estímulos, sobre todo cuando giraba o abría sus dedos acariciando ese maravilloso lugar dentro de mi recto. Cada vez que rozaba esa parte mi pene se sacudía con fuerza, botando una gran gota de lubricante y haciéndome gemir. Sacó sus dos dedos y los reemplazó por su juguetona lengua, lamiendo partes profundas de mi interior. Cuando se aseguró que estaba lo ...
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