Las circunstancias obligan a mi hijo a conocer mis hemorroides
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
Era jueves se acercaba el fin de semana y me preparaba para salir de compras, como todos los días voy temprano al baño para hacer mis necesidades como casi todo el mundo, antes de ducharme. Me siento en el inodoro y como muchas mujeres, espero y espero, hasta que termino, ustedes me entienden y más si son mujeres. Ese día sentí como una puntada dentro del recto casi llegando al ano, pero me limpie y no le di importancia, luego entre a ducharme y como es habitual seguí con mi rutina. Me sequé, luego me vestí y me dispuse a salir como todos los días con total normalidad.
Antes de avanzar con el relato quiero describir mi situación tanto física como emocional, tan sólo para que tengan una referencia y le pongan un marco a esta historia, para poder imaginar con mayor detalle a sus personajes.
Soy Agustina, tengo 37 años, de talla media, morena y delgada, lo que se podría decir una mujer normal. Mi familia se compone de tres miembros además de mí, mi esposo Jorge (42), mi hijo Agustín (19) y mi pequeña hija Soledad (8), somos una familia promedio. Mi marido trabaja embarcado así que puede ausentarse unos meses cuando su empresa necesita transportar mercadería al otro lado del mundo, mi hijo comenzó la universidad, pero todavía no trabaja, así que su vida es el estudio, es alto como el padre, pero en mejor estado físico, ya sea por su edad y por practicar deportes con asiduidad, mi pequeña Soledad es una niña, todavía viviendo en su mundo de juguetes y ...
... fantasías.
Comenzaba el verano, eran épocas de vacaciones para la más chica y mi hijo, una rutina anual que casi siempre coincidía con las vacaciones de mi marido, esta vez no pudo ser, debería ausentarse por casi tres meses por trabajo, un embarque a Japón se interponía en nuestra rutina, pero esto no dejaba ser algo que no esperaba, sabía cómo era su trabajo y que más adelante lo tendría unos meses en casa.
Como ya dije era jueves, y después del baño mi marido me comenta del repentino viaje de trabajo, que partiría el sábado a la mañana y quería llevarme a la noche a comer algo y como siempre hacíamos me despediría esa noche en algún hotel alejados de nuestros hijos, donde haríamos el amor toda la noche. Dejamos a la más pequeña al cuidado de mi hijo, sabiendo que ellos se llevan bien, casi no pelean. Jorge siempre me quiere sorprender y yo no me quiero negar a sus ocurrencias, le quiero dar el gusto y que me lo de. Se le ocurre pasar la noche en un hotel en cuya planta baja hay un restorán de comida étnica hindú, yo no quise preocuparlo en nada, no le comenté el dolor que sentí a la mañana en el recto, tampoco lo consideré un problema por eso no le di mucha importancia, ya casi no sentía nada.
Llegamos al restorán y nos sentamos, tomamos la carta y elegimos, Jorge recorrió el mundo por su trabajo, así que eligió un plato de la lista sin problema, yo en cambio recorría la lista de abajo hacia arriba sin entender nada, casi era un jeroglífico para mí, pero no quería distraerlo con mi ...