Las circunstancias obligan a mi hijo a conocer mis hemorroides
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... ignorancia, así que el azar hizo que detuviera el dedo sobre un plato y lo eligiera.
Comenzamos a comer y noté lo picante que era el mío, rico pero muy picante, no quise dejar nada, no quería quedar como que no sabía lo que había comido frente al conocedor de mi marido. Cuando ya terminamos con la comida, Jorge se agacha sobre la mesa y me dice en voz baja.
-vamos arriba, hoy te quiero romper el culo.
No me sorprendió con su pedido, aunque en realidad pocas veces practicamos sexo anal, seguro quería demostrar las cualidades de la comida afrodisiaca del lugar, o por lo menos era como me lo había vendido.
-tan apurado estás.
-dale, dale vamos.
-bueno, vamos.
-¿Por qué tanto apuro, es la comida?
-no es Viagra y ya está haciendo efecto.
-jajaja, vamos.
No digo que es habitual que tome la pastilla milagrosa, pero debes en cuando se daba un gusto. Llegamos a la habitación, la que era muy linda, casi todo era blanco. Ya en el pasillo metió su mano en mi pantalón y trata de alcanzar mi ano con el dedo, cuando entramos comienza a sacarme la ropa y me tira sobre la cama, se baja sus pantalones y slip y salta su pene erecto entre una espesa mata de pelos, no es exactamente un miembro gigante el que tiene, pero cuando está duro cumple su función. Trato de arrodillarme para succionarlo, pero no me deja estaba muy excitado, ese día tenía la idea fija con mi culo. Las mujeres necesitamos tiempo, los hombres buscan el agujero y cuando lo ven tratan de ...
... ensartarlo lo más rápido posible.
Recostada, desnuda sobre la cama me inclina y pone debajo de mi estómago una almohada para levantar mi culo, quedo expuesta, ya no podía explicar, sólo me quedaba esperar la embestida, sabría que sólo serían unos segundos. Escupe sobre mi agujero y comienza a penetrarme, o casi, la cabeza de su miembro roza mi arrugado agujero haciendo presión y logra penetrar muy poco, pero lo suficiente para que acabe y me lubrique con su semen. Suerte para mí que él se sintió satisfecho casi de forma inmediata, de igual forma yo sentí un ardor que nunca había experimentado, molesto, pero quería demostrarle que era un dolor de placer para no preocuparlo. Nos incorporamos y comenzamos a hablar, los que les cuento no es muy erótico, pero forma casi de una rutina, donde la casi penetración anal puede ser la excepción. Dormimos y no los levantamos para volver a casa por la mañana.
Llego a casa y me siento muy incómoda, voy al baño y me siento en el inodoro, comienzo a hacer fuerza y me detengo, siento un intenso calor emanar de mis intestinos, sentía salir una espada caliente desgarrándome desde adentro. Me detengo casi con miedo, en silencio mi cabeza busca una respuesta en la gran biblioteca de mi memoria, la respuesta era obvia, la exótica comida de la noche. Así como ardía al entrar ahora arde al salir, el placer se convirtió en dolor, pero yo era la única culpable. No me quedaba otra alternativa que tomar coraje y continuar con la descarga, cuando hay mala ...