Las circunstancias obligan a mi hijo a conocer mis hemorroides
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos
... por el agua fría, casi un páramo donde el olvido del dolor se hace realidad. Paso como una hora flotando y salgo y me recuesto un rato en el sol cansada por el trajín de la noche anterior, me quedo dormida.
Después de no sé qué tiempo me despierto, miro el reloj y habían pasado dos horas en el sol, soy una estúpida, al ardor de mi culo ahora le sumaba el de mi brazos, espalda y piernas. Voy al baño me bajo el biquini y veo en el espejo mi culo blanco y las marcas del sujetador, lo demás rojo. Sé que mi piel morena pronto tomaría un color caribe, eso no me molestaba. Me agacho, tomo el espejo y miro mi ano, su color no había cambiado, pero sentía menos ardor. Luego me cambio para llevar a mi hija.
El automóvil se lo había llevado mi marido al trabajo así que decido llevarla en autobús hasta lo de mi hermana. Me pongo un vestido suelto y unas bragas bastantes sueltas no quería que algo apretado me molestara. Por suerte en el viaje de ida siento una leve molestia una picazón soportable. Llego para dejarle a mi hija, hablamos un rato en la entrada, pero estaban preparando todo para el viaje así que me despedí y deseé suerte.
A dos cuadras de ahí espero el bus en una esquina, pasan unos 15 minutos que empiezan a hacerse horas, la picazón se empieza a tornar intensa pero debo seguir. El bus estaba colmado de gente por lo que debo viajar parada. Transpiraba y esto parecía que acentuaba el ardor y la picazón, no sabía cómo estar parada, cruzaba las piernas las ...
... estiraba, levantaba una y después la otra. Una señora que estaba sentada a mi lado me miraba, yo no aguante y disimulando me llevo la mano a mi culo y gracias al vestido suelto que llevaba puedo sacar las bragas de entre mis nalgas. Pienso que sólo la señora que me miraba se dio cuenta de la maniobra, hasta esbozó una sonrisa cómplice, supongo que entendía o imaginaba la situación.
Llego a casa era como una llamarada que emanaba de mi culo, entro al baño y me siento en el bidet donde quedo medio hora en remojo, estaba sola en casa.
Llega la noche y preparo la comida, sería la última noche con Jorge antes de su viaje, llega mi hijo y se suma a la mesa. Yo me mantenía al margen de la conversación entre ellos, no quería demostrar mi flaqueza demostrando dolor o queja, menos frente a mi hijo y tampoco era justo que preocupara a mi marido a horas de salir de viaje. Terminamos con la comida y mi marido se despide para ir a dormir, sabe que mañana sale a eso de la 5 de la mañana y creo que su intención era no molestarme a esa hora.
Me quedo con mi hijo mirando televisión antes de ir a dormir, me cuenta que hizo en el día, y me mira como sorprendido por mi silencio.
-¿te pasa algo?
-no, nada hijo.
-no se nota, tu cara dice otra cosa.
-estoy bien, mañana tengo que dar una vuelta por la clínica para visitar a mi ginecóloga, o mejor dicho a otra que atendía hace mucho.
-¿pero que tienes algo malo?
-no hijo, cosas de mujeres, unos dolores medio molestos pero no es ...