1. Las circunstancias obligan a mi hijo a conocer mis hemorroides


    Fecha: 21/04/2018, Categorías: Erotismo y Amor Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    ... nada.
    
    -¿segura? ¿Te va a acompañar alguien?
    
    -no pero estoy bien.
    
    -sino te puedo llevar, en la moto.
    
    -deja, mañana tomo el automóvil y voy.
    
    -como quieras.
    
    Después de unas horas nos fuimos a dormir. Esperé a que el fuera primero, yo al estar tanto tiempo sentada, necesitaba levantarme despacio e ir al baño para pasar un rato en el bidet calmando el dolor y la picazón. Me fui a acostar esperando a que mi marido se levante a la mañana y que mi culo mejorara. A eso de las 4:30 escucho el despertador y mi marido se levanta, hago el amague de levantarme también, pero me dice que no hace falta, lo despido y sigo acostada.
    
    A eso de la 9 de la mañana me levanto con la esperanza de haber mejorado, voy al baño como todos los días me siento y el ardor era insoportable, hago fuerza puedo cagar pero sentía que necesitaba ayuda, entonces tomo coraje me baño y me preparo para ir a la clínica. Cuando me estoy cambiando quiero ponerme uno jean y no puedo sentarme por el ardor, me doy cuenta que no puedo manejar en estas condiciones. Pienso en ayuda y la única en que puedo pensar es en la de mi hijo, mi hermana se había ido de vacaciones. Voy a su habitación para despertarlo con las noticias.
    
    -¡Agustín! Agustín, Agus
    
    -si ma, que quieres.
    
    -perdona que te despierte pero necesito que me lleves a la clínica.
    
    -¿Qué pasa, te sentís mal?
    
    -bueno es largo para contar, pero no puedo manejar bien.
    
    -¿Por qué?
    
    -es que me siento incomoda cuando estoy sentada, cosas ...
    ... de mujeres.
    
    -ha, bueno, pero es grave.
    
    -no, no es grave ¿puedes?
    
    -sí, ahora me cambio y te llevo, pero mira que vamos en moto, no tengo registro para el auto.
    
    -sí, está bien, mejor.
    
    Termino de vestirme, aunque para la moto es algo incómodo me pongo una falda holgada, no por gusto sino por necesidad, me molestaba llevar prendas apretadas y no quería empeorar las cosas. Espero a mi hijo en el living, él siguiendo la moda decidió dejarse la barba y el pelo corto, parecía unos años mayor de los que realmente tenía. Para los ojos no entrenados éramos como una pareja, yo para mi edad parecía mucho más joven, o eso es lo que todos mis amigos me decían.
    
    -Ya estoy. ¿Así vas a ir, con esa pollera?
    
    -si me siento más cómoda.
    
    -bueno como quieras.
    
    Ya cerca de la moto él se sube y yo me pongo detrás, arqueo la espalda para alejar el ano del asiento. Él no se da cuenta de mi posición pero siente mis tetas apoyadas en su espalda. Después de rato llegamos a la clínica y voy a recepción para pedir por la doctora. Me dicen que la tenía que esperar porque estaba atendiendo a otros pacientes.
    
    Quedamos en el pasillo esperando, mi hijo me pide que me siente, yo daba vueltas pero para que no sospeche decido hacerle caso y me siento. En ese instante mi único pensamiento era el deseo de meterme la mano en el culo y rascarme el ano, pero era algo imposible, debía aguantar la tortura.
    
    Después de unos 45 minutos me llama la doctora.
    
    -Agustina.
    
    -Si doctora.
    
    -pase, ...
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