Educado una familia Cap VI Parte XIV
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: wendy1988, Fuente: SexoSinTabues
... poco de aquellas blancas bragas que ceñían con fuerza las ondulantes caderas y las bellas piernas de blancura extraordinaria de mi mami, hasta dejar al descubierto la preciosa mata de bello púbico de brillante negrura que contrastaba de manera rotunda con la aperlada piel de diosa de su vientre y sus inquietantes verijas color pálido de tersura exquisita. -Explórame allí. anda niña. tócame. hazme lo que tú quieras. Yo no me hice esperar una segunda petición y llevé con confianza mis manos hacia el centro de su triángulo amoroso repujado de ensortijada pelambre, metiendo mis dedos abiertos entre aquel matojo de vellos enredados, bajando y subiendo mis manos una y otra vez sobre su colchoncito anhelante, en tanto no quitaba la vista de su sonrosada hendidura, apreciando que no obstante ser mayor, mi mami cuidaba sin duda alguna esa región palpitante con todo esmero. A decir verdad mi madre era una mujer bastante joven, y no lo digo por su aspecto tan cautivadoramente juvenil, sino que al haberse casado a los 18, calculaba que ahora tendría no más de 34, pero conservaba una belleza extraordinaria tanto de facciones como de cuerpo. A mí siempre me había agradado mi mami, aunque a ciencia cierta no sabía por qué; sin embargo ahora que me encontraba admirando su escultural cuerpo me daba cuenta de que era eso precisamente lo que tanto me atraía de ella, deseando íntimamente conocer por dentro los escondidos tesoros que sus ropas ocultaban debajo, quizás con la certeza de que ...
... cuando yo creciera probablemente fuese también tan hermosa como ella. -Anda. Julita. ya ábreme la rajita. tócame allí dentro. méteme tus deditos. -Sii. Comencé por satisfacer la apremiante solicitud de mi madre abriendo primero con mis dedos la roja y ardiente hendidura que afloraba un clítoris ya enhiesto por la calentura que estaba sintiendo. Allí me mantuve viendo con ojos escrutadores el canal interior de la vulva abierta de mamita que conducía a los más profundos pasadizos del laberinto de sus entrañas, para después meter uno de mis deditos adentro de su raja humedecida, comenzando a frotar con suavidad los pliegues superiores e interiores de su bollito enardecido. -Más. máass. Julitaaa. métemelo más adentro. por favor, linda. Obedeciendo con ansias a su anhelante petición, empujé lo más que pude mi dedo más largo adentro de su cavidad genital, sintiendo cómo los flujos de lechita que le salían me embarraban la piel de mis dedos. Me mantuve toqueteando por largos y delirantes minutos aquel precioso tesoro escondido, metiendo y sacando sin cesar mi dedo superior mientras mi madre gritaba ahogadamente palabras dulces que aludían a la tremenda brama que estaba experimentando. -Yaaaa. Julitaaa. ahora bésameee. ponme tu boquita allí. Yo llevé mi boca con lujuria hasta la puerta abierta de aquel centro del placer, comenzando a meter mi lengua frotándola con violencia contra su enrojecida intimidad, mientras mi mami me tomaba de la cabeza pegándola con loca ansiedad a su vulva ...