La profesora de autoescuela
Fecha: 30/04/2018,
Categorías:
Masturbación
Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
... bastante.
—Perdona la grosería ¿follando?
—Sí..., bueno...., no fue del todo gratificante.
Pero la curiosidad de Adela la hizo preguntar de nuevo:
—¿Con alguna mujer?
—Si..., en alguna ocasión..., y la verdad no me disgustó...
—¿Hace mucho, la última vez?
—¡No!... fue con la madre de una alumna —asintió acalorada.
—¿De tu edad?
—Bueno un poco más joven..., antes de plegar de la autoescuela, fue una cosa mutua. Ocurrió un par de veces, nadie diría, parecía una mujer frágil, pero era fuego puro. En aquel momento fue como una necesidad para mí, me sentí deseada, resultó interesante, excitante y variado sexualmente.
—Entiendo de la manera que lo dices que no era la primera vez, sino que tuviste más relaciones. Por lo tanto te puedes considerar bisexual.
—Bueno pues... quizás si, la verdad no sé...
Estaba tan embebida en la conversación que se sobresaltó cuando Adela chocó su copa contra la suya. Y con palabras ásperas: —¡Estupendo! ¿Así que disfrutaste comiéndole el coño?
—Sí... sí... me gustó mucho, fue emocionante y muy real.
—¿Te comerías el de Nora? —le soltó mirándola a los ojos.
—Ufff..., bien... bien..., pero... —Sonrojándose de nuevo, se giró mirándome fijamente con una sonrisa en los labios.
Hubo un impase de tiempo que permanecimos en silencio. Mientras a indicaciones de Adela me había dejado caer en el borde de un sillón, levantado la falda y después de separar mis piernas pasé mis dedos entre ellas para acariciarme ...
... ligeramente mi coño rasurado.
—Lo quieres, te gustaría disfrutarlo, seguro que sería grato para las dos —Ayudada por los dedos mi coño se abría, mostrando el más amplio rostro rojo que un coño puede mostrar.
—Estooo… bien ahora..., no sé... —mientras me miraba fijamente las piernas.
—Tranquila, seguro que lo quieres —le increpó Adela con tono malicioso. Ella no dijo nada y solo asintió con un movimiento de cabeza.
—Ven, de rodillas —Le sugirió, mejor dicho le ordenó, le faltó tiempo para levantarse la falda casi hasta la cintura, para favorecer la posición, dejando a la vista, cubiertas por unas medias panti de color negro las piernas y unos torneados muslos. Le hizo gatear para colocarse entre las mías. Al llegar frente a mí le quite las gafas y me abrí bien de piernas, deslizaba su lengua de abajo arriba, y a cada poco la introducía toda entera, me quedé maravillada ante su capacidad succionadora.
Adela se colocó detrás y con su mano impacto un golpe seco en sus nalgas. Sin tener muy claro si le gustó, levantó un poco la cabeza y acto seguido volvió a su labor. Las nalgadas que le sometía Adela, parecían un aliciente o debía de ser de lo mejor que había probado en mucho tiempo.
—Cómemelo todo, mete más la lengua puta —Le agarre del pelo y apreté su cabeza, su lengua estaba completamente dentro y se movía lamiendo todos los rincones del coño. Supongo que ella advirtió que yo no resistiría mucho más, y fue entonces cuando cerró los ojos. Así siguió con un ritmo ...