1. Una abrupta decisión


    Fecha: 02/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... auto de sus sueños, se subió, lo encendió y aceleró, a ver si ese par de tórtolos entendían.
    
    Y por suerte entendieron. Se acercaron rápidamente al auto, que Amber tenía preparado para salir, pero cuando ella hizo amago de bajarse para que Alec condujera, él le hizo un gesto con la mano y se subió en el asiento del acompañante, lo que dejó a los otros dos de piedra, era evidente que quería que Amber condujera, pero, ¿y Bobby?
    
    Alec se reía a carcajada limpia, sabía muy bien que era bastante inocente, Vladimir se lo recordaba cada que podía, pero era ridículo que esta vez ellos no hubieran entendido algo tan obvio. Cuando vio que ninguno entendió, tiró de Bobby y lo sentó sobre su regazo, cerró la puerta del Audi y ajustó el cinturón de seguridad para que los protegiera a los dos y ayudara a disimular que él estaba allí, en caso que algún policía quisiera echar un vistazo.
    
    Ahora era Amber quien reía, debió haberlo visto venir. Finalmente se centró en el volante y condujo hasta su casa con casi más prudencia de la normal, no porque no supiera conducir, sino porque quería disfrutar al máximo la oportunidad, aunque si todo salía como estaba planeado, un auto de esos se perfilaba en su próxima lista de compra de caprichos.
    
    “Vaya que has ligado bien esta vez, pequeño granuja”
    
    Bobby quiso borrar ese mensaje, pero sabía que aunque lo hiciera no podría olvidarlo, es que Claudia tenía razón, esta vez había apuntado alto y lo había logrado, aunque todo había sido pura ...
    ... chiripa, pero eso no lo admitiría jamás. Al menos se las ingenió para que Alec no lo viera.
    
    *-*-*-*-*
    
    Mientras tanto, en algún punto de la ciudad, ese mismo punto donde vive la gente que tiene la plata con la que el resto de la ciudad sueña, Vladimir conducía el auto de Santiago camino a la casa de Claudia, pero en lugar de pasar de largo y dirigirse a algún otro vecindario, ella le indicó a Vladimir dirigirse directo a la entrada. Una vez llegaron, ella indicó algo a la cámara de vigilancia y a su lado se levantó un panel bien disimulado en el asfalto que resultó ser un lector de huellas digitales y después de un escaneo se oyó una confirmación: “bienvenida, señorita Dzhugashvili”.
    
    Las alarmas internas y el instinto de preservación de Vladimir se pusieron en máxima alerta, no sabía por qué, pero no le daba buena espina que alguien tuviera el mismo apellido que Stalin, algo no le cuadraba. Santiago, que nunca había oído semejante apellido ni tenía idea de sus raíces históricas, soltó una risa reprimida, tal vez iba a hacer alguna broma ingeniosa, pero una mirada de advertencia de Vladimir lo congeló en el acto.
    
    - ¿Segura que podemos entrar así como así en un lugar de estos? -Vladimir intentaba ser cortés, pero la verdad quería salir corriendo de allí.
    
    - Sí, entra, no hay problema, queda registrado que vienes conmigo -intentó calmarlo Claudia.
    
    Después de pensarlo un poco y de ver que no tendría sentido insinuarle a Claudia que caminara a su casa, Vladimir dirigió ...
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