1. Mi primo y yo


    Fecha: 03/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... mencionar que el short me lo prestó para dormir. Cuando nos acostamos por fin, nos quedamos viendo el uno al otro, debajo de la luz sombría azulada que entraba por la ventana. —¿Alguna vez has hecho el amor? —me preguntó. —No, pero creo que es cuando el hombre y la mujer se tocan sus partes —le respondí, con inocencia. —¿Y si lo hacemos? La verdad mi pene estallaba en ese momento. Porque olvidé decir que antes de ese momento, los dos nos bañamos antes de acostarnos. —¿Cómo se hace? —pregunté, ya muy excitado. —Mira, dame tu mano. Saqué mi mano de las cobijas, entregándosela. Su mano era áspera, tipica de un niño varón. Después de eso, bajó mi mano hacia su pene, el cual estaba duro. Comencé a tocarlo del glande, acariciándolo con demasiada lujuria. Después de unos instantes, me metí a las cobijas, para después bajarle el calzón de esa tela delgada que me prendía más. Acerqué mi cara hacia su pene y empecé a olerlo. Me encantaba ese olor, de verdad era riquísimo. —Chupamela —me ordenó. Sin pensarlo dos veces, me lo metí a la boca, pero solo usando los labios, sin usar la lengua, porque me daba algo de asco en ese momento. Después, mi primo gandalla, me tomó de la cabeza y me empujó hacia su pene, hasta meterlo todo a mi boca. Para ser de 11 años, tenía un pene enorme y blanco, el cual ya remarcaba algunas venas. Por fin decidí usar mi lengua, así que empecé chupandole el glande. Era un sabor salado, pero rico, y el tronco de su pene no tenía sabor, solamente era piel de niño. ...
    ... Sus testículos chocaban con mi barbilla, lo cual me prendía más. Siguiente a eso, traté de sacarlo de mi boca pero Andrés no me dejaba. Jamás había chupado un pene, así que estaba generando mucha saliva revuelta con su olor varonil. Volví a forzar mi cabeza hacia atrás, porque ya tenía la saliva saliendo. El empujo su pene. Lo sacaba hasta la mitad y volvía a meterlo, así durante un buen tiempo hasta que al final, lo metió tan duro que me lastimé la lengua, pero era riquísimo. Un liquido salió de su pene, lo cual inmediatamente se revolvió con el mar de saliva que tenía dentro. Mis cachetes estaban inflados, y por las orillas de mis labios ya empezaba a derramarse todo. Después, su cuerpo se relajó y me soltó de la nuca. Antes de que su pene saliera de mi boca, me dijo algo —Tomatelo, sabe rico, no seas marica No podía hablar, así que con mucho esfuerzo, me lo tragué. Los primeros cinco segundos tuve demasiadas ganas de vomitar, pero después vi que lo hecho ya no se podía revertir. Su pene empezó a hacerse flácido hasta llegar a un tamaño diminuto. Siempre me gustaba ver el pene en su estado flácido. No pude ver cuánto semen sacó, pero imagino que eran sus primeras eyaculaciones. Después de que subí hasta mi almohada, bajé mi mano hasta su pene y lo tocaba jugando con él. Al cabo de unos 10 minutos, me dijo: —Ahora vamos a intentar algo que vi con mis amigos en la sala de computación. —¿Qué quieres intentar? —pregunté, emocionado como cuando haces travesuras. —Bueno, vi que ...