Mi tía Sandra
Fecha: 06/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: delnorte1, Fuente: RelatosEróticos
... pero no te consiento que me balbucees y me tartamudees más, porque no lo soporto. Háblame claro, con voz firme y seguida, como un hombre, como lo que debes ser…
Me tranquilicé un poco, tomé aire y comencé a hablar con voz suave y queda, pero sin pausa, mi alegato de defensa: - Quería jugar unos solitarios, tía, en casa apenas me dejan, se me ocurrió entrar en las carpetas, me llamó la atención. Es que había una rubia… Y más… Me gustó, nunca había visto chicas así… -Y, ¿qué más viste?, cuéntame, pero sin tartamudear…- Inquirió, y advertí que su tono se iba suavizando, y su rostro iba tomando una expresión más amable, lo que me tranquilizó en cierta manera. – Bueno, luego vi tus fotos, estás muy guapa porque eres tú, ¿verdad? Pero es que la rubia alta…
-La rubia te gustó… Está buena, ¿eh?... Te la ha puesto dura, ¿eh?...- me preguntó mi tía mientras se aplicaba otra vez en hacerme cosquillas detrás de la rodilla. –Sí,- asentí yo- es que es impresionante, y en esas imágenes sobre todo.- Dímelo a mí, – dice ella, insistiendo en sus cosquillas de un modo profesional- que la he probado en persona… -¿Cómo?, ¿la conoces?
-Es Jane Taylor, americana, dominatrix, actriz porno, experta en artes marciales, luchadora de wrestling, modelo de culturismo y fitness. También ejerce la prostitución de lujo como escort. Me puse en contacto y pasé una semana con ella. ¿Recuerdas que viajé a Florida el año pasado? ¿A qué crees que iba allí?, aunque a tus padres les dije que iba a ver ...
... museos. Entre el viaje, la estancia y los honorarios de ella, me dejé una pasta, pero estuvo de puta madre.- Ahora con una mano acariciaba mi muslo y con la otra, abrazando por detrás de mi cuello acariciaba mi pecho por encima de la camiseta, pellizcándome de vez en cuando algún pezón. Una fuerte erección que ella notó abultaba en mi pantalón. -¿Sabes?, -me preguntó acercando su boca a mi oído, cosquilleándome ya cerca de la ingle, con voz lenta y muy sugerente, -también fue marine en el ejército…
No acerté a contestar. Ella prosiguió –Bueno y de mi ¿qué te pareció?, ya sé que soy tu tía, pero eso no importa ahora, dime, ¿Qué te pareció de mí? ¿Te la puse bien dura…?
-La verdad es que estás muy buena, tía, siempre lo has estado. Recuerdo de niño cuando venías a casa con minifaldas negras y medias, con pantaloncitos cortos como el que traes ahora, con aquellos vestidos tan ceñidos, y con aquellos novios altos y fuertes que te traías uno distinto cada sábado. Recuerdo cuando pequeñito me llevabas contigo a la playa, –tú y yo solos, decías, no hace falta nadie más, ¿verdad?- yo tenía pocos años pero recuerdo bien, me acuerdo de tu cuerpo, muy alto y bonito, atlético, en aquellos bañadores y biquinis. Recuerdo que me llevabas a una parte aislada de la playa, una esquina más apartada de la gente y tranquila, -aquí solitos estaremos mejor, decías- y jugabas mucho, mucho conmigo. Recuerdo que me desnudabas del todo y me hacías muchas cosquillas por todo el cuerpo, me acariciabas ...