1. De cómo Tina rompió con Lucía


    Fecha: 06/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: KimT, Fuente: CuentoRelatos

    ... de chicas me impidió fijarme en demasiados detalles.
    
    ─¿Y... qué ocurrió? ─pregunté con un hilillo de voz.
    
    ─¿Tina no te ha contado?
    
    ─Ella no dice nunca nada de su ruptura y yo no me atrevo a preguntárselo ─me excusé.
    
    ─¿Por qué no te atreves?
    
    ─No quiero traerle malos recuerdos ─contesté, encogiéndome de hombros.
    
    ─¡Pues vaya tontería! ─me censuró Alex─. ¡Precisamente debes preguntárselo tu! Si se pone mala al recordarlo es que no lo ha superado, y debe hacerlo si quiere rehacer su vida. Ten presente que si la ayudas tu a hacerlo, confiará aún más en ti.
    
    ─Visto así...
    
    ─¿Y de que otra manera quieres verlo?
    
    Animada por estas palabras me propuse sacar el tema a la primera ocasión que surgiera. Pensé que sería mejor tratarlo cuando estuviéramos en mi casa, pues no sabía cómo reaccionaría Tina, además, necesitaba estar a solas con ella, por lo que la presencia de Alex tampoco era de desear. Finalmente se dieron las circunstancias y llegó el momento.
    
    Saqué de la despensa una bolsa con un surtido de frutos secos y, sentadas en el sofá, nos dispusimos a atacarlos. Entonces me di cuenta de que no tenía ni idea de cómo dirigir la conversación hasta donde yo quería, así que hice lo que Tina solía hacer: empezar a hablar de lo que le interesaba sin ningún tapujo.
    
    Dejando los frutos secos de lado, giré mi cuerpo hacia donde estaba sentada Tina, puse mis descalzos pies encima del sofá y me abracé a mis piernas. Tomé aire.
    
    ─¿Qué pasó entre tú y Lucía? ...
    ... ─disparé, con el corazón alterado.
    
    Tina continuó comiendo frutos secos como si nada hubiese oído, aunque, como la estaba observando fijamente, pude ver cómo su vista se clavó en la pared que tenía enfrente. Poco a poco, gradualmente, fue disminuyendo la velocidad a la que comía hasta detenerse completamente. Al mismo tiempo bajó su mirada hacia el cuenco de grano y su cara se fue entristeciendo.
    
    Lanzó un sonoro suspiro y se encogió de hombros.
    
    ─Aquello ya no daba más de sí...
    
    Me quedé contemplándola sin saber muy bien qué hacer. Aquella respuesta tan sintética no era lo que yo esperaba ni quería escuchar, pero, ¿cómo arrancarle las palabras?
    
    Tras titubear un buen rato, me incorporé para acercarme a ella y, poniéndome detrás, la rodeé con los brazos depositando mi cabeza en su hombro.
    
    ─¿Qué paso? Cuéntale a tu Chiquita ─la alenté a media voz.
    
    Tina se tomó su tiempo para contestar.
    
    ─Pensaba que lo que le sucedía a Lucía era que no se atrevía a salir del armario, que necesitaba mi apoyo y que poco a poco lo lograría. Ella y yo lo hablamos mucho. Juraba que me quería y que haría por mi cualquier cosa y que sí, que tarde o temprano se lo iría contando a todo el mundo, primero a sus hermanas, a sus amigas más íntimas, a sus padres y demás.
    
    Tina recayó en un prolongado e incómodo silencio. Noté cómo caía una gota en mi mano que la rodeaba.
    
    Como nunca la había visto llorar me sorprendió notar la lágrima sin haberla oído sollozar, por lo que le aparté el pelo ...
«1234...»