-
De cómo Tina rompió con Lucía
Fecha: 06/05/2018, Categorías: Infidelidad Autor: KimT, Fuente: CuentoRelatos
... que le tapaba el lado de la cara solo para confirmar que Tina estaba llorando. A diferencia de mí, Tina no es muy llorona, pero aquella iba a ser la primera vez que asistiría a su llanto, y doy fe de que Tina tiene una manera muy particular de llorar: no hace ningún ruido, simplemente, las lágrimas brotan de sus ojos y ruedan por sus mejillas. Como mucho, si una la abraza, nota que su respiración se entrecorta ligeramente. Se apoderó de mí una gran tristeza y mis entrañas se retorcieron. Ver a Tina llorar de pena me provocó un gran desasosiego. Empecé a arrepentirme por haber seguido el consejo de Alex. Sin saber mucho qué hacer o qué decir, me senté frente a ella a horcajadas sobre su regazo y la abracé con fuerza. ─Tina, cielo, perdóname. No quería hacerte llorar ni entristecerte ─le dije, embargada por la emoción y casi llorando a mi vez. Correspondió a mi abrazo con fuerza y puso su cabeza en mi pecho.Empecé a acariciarle y a besarle el pelo. ─¡Me duele tanto verte así! ─le dije─. ¡Qué mal loestarás pasado! Tina se desasió para mirarme frente a frente.Aunque sus ojos todavía estaban mojados, parecía haber dejado de llorar.Me miraba con intensidad. ─¡Me sentí tan traicionada...! ─reanudó─. Yo, que a los trece años ya tenía muy claro que me gustaban las chicas yqueno tenía ningúnreparo en reconocerlo ante nadie, me vi derepente teniendo quedisimular ante sus padres, sus hermanas y sus amigas. “La quería tanto que no me importó y lo acepté, ...
... pensando siempre que solo era por un tiempo, que tarde o temprano Lucía se aceptaría y reuniría el valor para proclamar al mundo su manera de vivir su sexualidad. Tina detuvosu explicacióny bajó su mirada.De sus ojos volvieron a brotar nuevas lágrimas ante esos recuerdos. Le agarré con dulzura su cara. ─¡Mírame, mírame,Ratoncito! ─le pedí. Nunca la había llamadoRatoncito y hasta yo me sorprendí. No sé la cara quepuse, pero debió ser muy chistosa porque Tina, al elevar su mirada y observarme, se echó a reírcon ganas.Resultó raro verla con los ojos bañados en lágrimas mientras se reía.Me ruboricé intensamente por haberla llamado “Ratoncito” perotambién me alegré por haberla hecho reír. ─¿No irás a llamarme Ratoncito a partir de ahora, no? ─¿Por qué no? ─me defendí─. Tú me llamas Chiquita y te saco casi una cabeza, además, el mote te va que ni pintado. ─No te llamo Chiquita por tu altura ni por lo flaca que eres... ─repuso Tina. Iba a preguntarle el motivo, pero tuve miedo de que nos alejáramos tanto de la conversación que ya no nos atreviéramos a retomarla. Tina también se dio cuenta y en su rostro regresó la seriedad, aunque se mostró serena y resignada. Agradecí ese cambio. Tina exhaló un gran suspiro. ─Cómo pude confiar en que Lucía cumpliría todas las promesas que me hizo, o cómo pude soportar todas sus negativas a presentarme como su novia son cosas que no sé explicarme. Solo una estúpida se dejaría embaucar de ese modo. ─¡No digas eso, Tina! ─la ...