1. Diario de un prisionero I: el primer contacto


    Fecha: 09/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... para los dos, así que lo haríamos sin condón, total siendo vírgenes no había ningún peligro. Estuve de acuerdo en eso, pero te pedí que, si ibas a hacer algo que lo hicieras de una vez, me mataba la espera. Fuiste obediente y tu pene intentó abrirse paso por mi esfínter y, aunque me dolió un poco, pronto estabas dentro de mí, podía sentir cómo llegabas a lo más profundo de mis entrañas y suspiré y gemí de placer, de alegría, de amor, no podía creer que fuéramos uno.
    
    Justo me avisaste que ibas a acabar cuando sonó el despertador y tuve que abrir los ojos. Abrí los ojos y me llevé una terrible sorpresa: estaba acostado en mi cama, sí, pero en pijama y solo: todo había sido un sueño. Mi primer sueño húmedo, al menos el primero que recordaba, además pude notar que me había corrido antes y que la tenía dura de nuevo. Semejante sueño se merecía una paja de campeonato y eso hice, antes de cualquier cosa, me acurruqué en mi posición favorita y empecé a acariciar mi herramienta, mi movimiento de sube y baja no adquirió mucha velocidad cuando eyaculé porque mi imaginación recreaba mi sueño con mayor detalle aún de lo que yo recordaba y tú me tenías a mil, tanto que ahora mismo tengo una erección de campeonato de sólo recordarlo.
    
    Espero poder algún día conocerte realmente y que podamos recrear esta escena y escribir otras.
    
    Tuyo,
    
    Pablo.
    
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    A San José, 1º de abril
    
    Mi amado Andrés,
    
    Hoy te he visto de nuevo, esta vez al volver de la universidad, estabas ...
    ... otra vez en el parque de la Sabana, cercano a mi casa, corriendo una carrera amistosa con varios chicos. Le pedí al chofer que me dejara allí, que iba a esperar a Sergio. Que Sergio estuviese allí fue la excusa perfecta, podía quedarme viéndote todo el rato y no tendría que darle explicaciones a la nana, al contrario, me lo agradecería.
    
    Lo único malo de no salir del armario es que no puedes confiar en nadie ni tienes un apoyo para tus luchas… eso me pasa a mí, verás, aunque parezca que no le importe mucho a mis padres, sé que sería una buena bronca si les digo que no estoy seguro pero creo que me gusta un chico, además la nana no me dejaría estar más con Sergio para evitar que me incomode con sus historias de ligues y conquistas, Sergio tal vez no me rechazaría, pero hemos sido amigos desde siempre y me da miedo que me rechace…
    
    Así que usé el viejo truco de las gafas de sol, te las ponías y podías ver a quién quisieras sin tener que molestarte por disimular, aunque de todas maneras no debía ser descarado o te darías cuenta. No sé si agradecer o maldecir, pero parece que sí te diste cuenta, porque al final de la carrera te acercaste a mí junto con Sergio y, una vez que Sergio nos hubo presentado, me preguntaste si me había llamado la atención algo de la carrera. Fuiste tan obvio que creo que hasta Sergio se dio cuenta, aunque de momento no dijo nada… al final logré convenceros a ti y a Sergio y almorzaríamos en casa, llamé a la nana y ella encantada, hacía años que ningún ...