1. Diario de un prisionero I: el primer contacto


    Fecha: 09/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos

    ... amigo mío iba a almorzar a casa. Cuando nos íbamos pude ver que un chico nos miraba como con rencor o celos, me parece que me habías dicho que se llamaba Quique, pero no sabía qué le pasaba, así que supuse que no era con nosotros, ibas a comer a mi casa y lo demás no me importaba en absoluto.
    
    Pronto llegamos a casa y la nana nos preparó la mesa, ese día había hecho sancocho (ella es colombiana), tu comida favorita, y disfrutamos de lo lindo, la nana quiso que Sergio nos dejara solos, pero ni tú ni yo accedimos, Sergio era nuestro tema en común, yo no podría hablar contigo sin que él me guiara por los temas a elegir y sospecho que te pasaba lo mismo… pero al final lo disfrutamos, nos divertimos mucho y el tiempo pasó volando, tanto que la nana preguntó si podía servir la cena. En ese momento decidimos que era mejor que llamaras a tu casa para avisar, cuando colgaste me dijiste que tus padres habían dicho que te podías quedar a cenar, pero luego debías volver inmediatamente porque tenían visitas, así que cenamos alegremente y luego recogiste tus cosas para irte a casa. Cuando nos despedíamos en el garaje (te obligué a aceptar que el chofer te llevara, ¿recuerdas?), me sorprendiste, en lugar de estrecharme la mano me diste un abrazo y me dijiste que teníamos que repetirlo, que habías pasado un día maravilloso y me llamaste “amigo”, me derretí por dentro, ¡te diste cuenta que existo! ¡te caí bien! ¡querías ser mi amigo!
    
    Después que te fuiste, Sergio y yo hablamos un rato y ...
    ... me di cuenta que sí que se había enterado de tu indirecta, que no tenía nada de indirecta, y me dijo que ese mismo día le habías contado al equipo que eras gay. No pude evitarlo, se lo conté todo, que yo también lo era, que te amo con locura e incluso mi sueño de la noche anterior. Sergio me guiñó un ojo mientras me decía que contara con él, que él sería nuestra Celestina y se encargaría de que estuviéramos juntos, un día maravilloso.
    
    Todo daba vueltas en mi cabeza, me habías dicho que querías volver a compartir tiempo conmigo, me habías preguntado en el parque si me gustabas (de forma un tanto velada, pero evidente), eras gay. No podía haber mejor coincidencia, ahora aquella remota oportunidad se hacía muy cercana y tangible, un verdadero milagro, no lo podía creer. Entonces mi mano y mi imaginación se aliaron y mi mente recreó el sueño de la noche anterior mientras mi mano se metía en mi pijama y me hacía retorcerme en la cama del placer que sentía. Pronto acabé, me excitas demasiado, sobretodo tomando en cuenta que tengo todas las hormonas desde la pubertad dando vueltas en mi cuerpo, eres el primer chico que me gusta y me pones a mil con solo mirarme.
    
    Después de limpiarme la corrida vino una imagen a mi mente, el Quique mirándonos, ahora tenía más sentido su mirada, pero igual me pareció que era ser demasiado paranoicos, total el chico simplemente podía estar resentido contigo por no querer contarle tu secreto antes que a los demás…
    
    Descartada esa idea me volví a ...