1. Joaquín, un bisexual de buen culo


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabiendo que yo era gay desde siempre, no tenía problemas de dormir contigo, ni de sobrepasar los límites del cariño, Joaquín me quería tanto cuanto a mí me atraía Joaquín.
    
    Ese mes de julio fue nuestro mes, teníamos el mar, playa nudista y diversiones para nosotros. Mi padre, por mucho que era julio, tenía que seguir con su trabajo y a duras penas lo veíamos en las noches tarde y los domingos que se pasaba el día con nosotros.
    
    Cuando mi padre preparó la casa dispuso de una habitación para cada uno, pero Joaquín y yo decidimos no desplazarnos y quedarnos en la misma, fue entonces cuando mi padre dispuso que nos aposentáramos en su habitación que tenía cama grande, que él se quedaría todo el mes en una cualquiera de las otras, además que, como tenía que salir en viaje de negocios, varias noches ni estaría en casa.
    
    Fue así como Joaquín y yo vivimos todo el mes de julio desnudos, a excepción de cuando nos dábamos un paseo ir la ciudad o acudíamos a Kinépolis para ver algunas película. Y estando desnudos todo el día, en la playa o en casa, era evidente que teníamos muy buenas relaciones personales que pasaban todos los límites de las opciones, tendencias u orientaciones sexuales. Aparte de que a los dos nos gustaba casi todo.
    
    En casa casi todos los días nos follábamos dos o tres veces. Era evidente que al ir acostarnos sin ropa alguna y destapados, dado el calor que hacía, entre los toqueteos, los besos y el contacto, acabábamos ensartando indistintamente la propia ...
    ... polla de uno en el culo del otro. Eso se convirtió en un rito de solemnidad cada noche. Pasados unos cuatro días, ya comenzaba a gustarnos la cama y por la mañana no teníamos tanta prisa en levantarnos y jugáramos o no acabábamos follando.
    
    Después del desayuno que nos preparábamos nosotros mismos, nos íbamos desnudos y con un pareo cada uno a la playa, estaba ahí mismo, era cruzar la duna y allí había tíos buenos para ver, mirar y desear. Cuando ya no podíamos resistir nos metíamos en el mar para bajar un poco la calentura. Pasábamos así la mañana. Mientras tanto, Lucía aseaba la casa, nos cambiaba las sábanas que daban pavor de tanto semen seco y había dejado nuestra comida preparada. Lo que era para calentar lo sacábamos del robot de cocina y el resto lo teníamos preparado sobre la mesa de la cocina en platos y fuentes cubiertos con servilletas.
    
    Nos pasábamos a la sala frente al televisor para ver algo picante, en general películas porno y porno gay, al gusto de los dos. Algunas veces nos quedábamos silver la película porque Joaquín jamás tenía las manos quietas, o se rascaba sus huevos o me rascaba los míos. No es que yo sea santo de devoción, pero Joaquín era bastante más morboso. Él decía: ¿para qué hacerse una paja si había un culo disponible para obtener el mismo o mejor resultado? Yo no lo decía pero pensaba lo mismo ante la evidencia del hecho.
    
    Pasada la digestión al mar otra vez. Mucha gente suele ir al mar cuando pasa el fuerte sol ardiente, y allí estábamos ...
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