1. Yo no quería ser "putita"


    Fecha: 13/05/2018, Categorías: Incesto Autor: Vanessa0022, Fuente: SexoSinTabues

    ... voy a dormir. Me levanté. Tomé mi ropa y me salí de la habitación, diciéndole que los niños dormían en la sala. Esa noche no pude dejar de tocarme. Me encantaba. No era igual que cuando él lo hizo. De hecho, no pude provocarme un orgasmo a mí misma, pero se sentía muy rico. No supe a qué hora me quedé dormida. Tenía que ser fin de semana, ¡maldita sea! Tenía que esperar dos largos días para poder volver a buscar a mi tío. Sabía que se acercaban los días de mi regla, y estaba negociando con el calendario que se esperara al miércoles. Pero tengo mala suerte, y mi regla llegó el domingo. De nada me serviría que llegara el lunes. Antes no pensaba en eso porque no sabía lo que era sentir un orgasmo. Yo se la chupaba a mi tío sin importar qué día del mes fuese, pero para mi orgasmo iba a tener que esperar más. Los días transcurrieron muy lento. Estuve ansiosa. El jueves ya no me bajó, y fue el día más largo de todos. Anduve con mis bragas mojadas todo el día, anticipando lo que me esperaba en la noche. En cuanto se fue mi tía, entré al cuarto de mi tío. Él se sorprendió. --Es temprano. ¿Ya se durmieron los niños? --No lo sé. --Voy a ver… …ya, ya duermen. --Tío, me gustó mucho el viernes. --Eso parece, --dijo, riendo --¿no podías esperar más? --No. --Quítate tu ropa. Lo hice. --Acuéstate… Abre las piernas… Tócate para mí. --Tío, no sé tocarme como tú. No se siente igual. --¿Quieres que yo lo haga? --Sí. Se recostó a mi lado, mirándome fijamente a los ojos. Empezó a rozar mi ...
    ... vientre con una mano. Recorría su mano desde mi ombligo hasta mi cuello, sin rozar mis senos, solo pasaba entre ellos. Hizo ese movimiento varias veces, sin quitarme la mirada. --Tío, tócame. Tomé su mano y la coloqué en mi seno izquierdo. Él se lanzó con su boca a mi otro seno. Pronto, me agarraba mis senos con ambas manos mientras hundía su cara entre ellos, pasando su lengua de uno a otro. Me daba mordiscos, succionaba los pezones despacio. Me empezaba a perder. Bajó su mano a mi entrepierna y me beso los labios. Su mano no se movía. Solamente estaba allí encima de mi sexo. Involuntariamente empecé a mover mi cadera. --Tío, ¿por qué no me tocas? --Pídemelo. --Tócame… Tócame, por favor. Empezó a introducir su dedo en mi rajita, solo por encima. Ya estaba mojadísima. Subió despacio a mi clítoris y continuó tocándome en ese movimiento, de arriba a abajo. Yo seguía moviendo mis caderas. Quería que fuera más intenso, como la primera vez, pero no lo hacía. Yo me estaba desesperando. --Tío… --¿Qué pasa, bebé? --Tócame. --Te estoy tocando, preciosa. --No, tócame más. Como la otra vez. --Pero a ti te gusta tierno, mi amor. --¡¡Pero quiero más!! --¿Quieres que te toque como a una putita? --No, tío… No. Como la vez pasada, por favor. --¿Como una putita? --No. Solo como la otra vez. --La otra vez te toque como una putita. --Tío, tócame como esa vez. --¿Cómo una putita? --Sí tío, como una puti…ta. --¿Quieres ser una putita? –me empezó a tocar un poco más rápido. --Sí, tócame. --¿Eres una ...