La confesión
Fecha: 20/05/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... Avemarías...
-Eso no va a ser posible.
-¡¿Como que no va a ser posible?! ¿Te niegas?
-Es que no sé el Padre Nuestro ni el Avemaría.
-¿Que sabes rezar?
-Nada. ¿Si le hago una mamada me absuelve?
-¡¿Estás loca?!
-Vale, una mamada, un polvo y dejo que me encule.
-¡Pecadora!
-¿Me folla y me absuelve o me voy?
El cura, era cura, pero también era hombre y sin estrenar. Empalmado, y mirándole las tetas a Patricia, le dijo:
-Voy a arder en el infierno.
Minutos más tarde estaban en la sacristía. El cura estaba sentado en una silla. Patricia, en cuclillas, le meneaba y le mamaba la polla:
-¿A qué mamo bien?
-Lo haces de maravilla.
-¿Sabe comer un coño, señor cura?
-Pues no.
Patricia se levantó se quitó el vestido, el sujetador y las bragas. El cura, al ver aquellas grandes tetas con sus areolas marrones y sus pezones de punta, el vientre plano. El pelo negro de sus sobacos, el del coño y la raja, se puso como una moto. Comenzó a sudar. Tenía que meter o explotaba como un globo demasiado hinchado. Cogió a Patricia por la cintura, y le dijo:
-Siéntate sobre mi polla.
Patricia lo iba a sorprender. Cogió una vela de encima de un mueble, y amenazándolo con ella, le dijo:
-¡Desnúdate, curiña!
-¿Quieres jugar?
Levantó la mano con la vela.
-¡Qué te desnudes, coooño!
El cura, desnudándose, le preguntó:
-¿Que vas a hacer con esa vela?
-¡Metértela en el culo si no haces lo que te digo, fray capullo!
Al estar el ...
... cura desnudo, le ordenó:
-¡De rodillas y después pasa tu lengua por mi coño!
El cura lamía pero no entonaba. Patricia abrió más las piernas.
-Fóllame el coño con tu lengua. Mete y saca, mete y saca.
El cura iba aprendiendo. Al rato, Patricia, tocó el clítoris con un dedo, y le dijo:
-Lame aquí, hacia arriba y hacia abajo.
Esteban lamió un par de minutos.
-Moja un dedo con saliva, métemelo en el culo y sigue lamiendo.
Al cura le latía la polla una cosa mala y no le paraba de soltar aguadilla.
Un rato más tarde, Patricia, puso la vela donde estaba, le cogió con las dos manos la cabeza al cura, la apretó contra su coño, y le dijo:
-Lame más aprisa, más, más, más aprisa... ¡Dale que me voy a correr! ¡¡Ya, ya, ya!! ¡¡¡ Me cooorro!!!
Patricia se corrió con una fuerza bestial. Esteban se hartó de tragar jugo, más que nada porque Patricia, moviendo su pelvis y apretando la cabeza del cura contra su coño no le dejaba ni respirar.
Al acabar, le dijo Patricia al cura:
-Busca un cordel, vicioso.
El cura quitó de un cajón un cordón gris con borlones en los extremos.
-Átame las manos a la espalda.
El cura le ató las manos a la espalda.
-Cómeme la boca y las tetas y méteme dos dedos en el coño.
El cura, al tenerla atada, le comió la boca, le magreó las tetas, y después le dijo:
-Ahora vas a hacer tú lo que yo te diga, putona. ¡De rodillas y chupando verga!
-¡A que te meto un mordisco y te arranco la mitad de la picha!
El cura, se ...