1. Otra vecina pasional y divorciada


    Fecha: 20/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zorro_en_celo, Fuente: CuentoRelatos

    Al llegar a mi piso, dejé como siempre la ropa usada del gimnasio en un cesto para lavarla después. Cuando fui a preparar la ducha, comprobé que no emanaba agua caliente del grifo y me aproximé al calentador para comprobar de donde venía la avería, después de mirar aquí y allá, no me quedó más remedio que telefonear al servicio técnico, respondiendo que lo tendría listo en 48 horas.
    
    Abrí la puerta de mi casa y me encaminé al piso de Tiziana, ya que vivíamos uno en frente de otro. Llamé y salió ella.
    
    —¡hola vecina!, ¿podría ducharme en tu cuarto de baño?, parece ser que no tengo agua caliente, ya que no funciona mi calentador —manifesté.
    
    —Pasa, pasa, Ricardo, para eso estamos los vecinos —afirmó Tiziana.
    
    Me introduje en su casa y enfilé mis pasos con la bolsa del gel y champú y una toalla en mis hombros.
    
    Tiziana acababa de venir de la oficina y vestía un sexy modelito que dejaba muy poco a la imaginación. Era marrón minifaldero, se abría con botones y a la altura de la cintura llevaba un cinturón negro. Dejé la puerta del cuarto de baño abierta, pues al vaho de agua caliente al salir de la ducha me agobia bastante y cuando me estaba desnudando, la muy libidinosa de mi atractiva vecina Tiziana advirtió que yo usaba un sexy tanga que a ella le puso cachonda y rijosa.
    
    —¿cuánto tiempo hace que no mojas, Ricardo? —preguntó Tiziana.
    
    —…eerr… —tartajeé yo, mientras la miraba entre alucinado y concupiscente.
    
    —hace tiempo que no me tiro a un tío y ahora es el ...
    ... momento —observó lascivamente Tiziana— permanece con ese sexy tanga que llevas, me das mucho morbo, cariño. Enseguida vuelvo —añadió Tiziana.
    
    Tiziana estaba de muy buen ver y no era el momento de desperdiciar una bendita ocasión para cepillarme a esta lujuriosa madura que, a sus cincuenta años, me miraba cual loba en celo siempre que me la encontraba.
    
    Mientras terminaba de desvestirme Tiziana marchó un momento para darme una lujuriosa y sicalíptica sorpresa. Apareció ante mí, llevando un deshabillé negro transparente, así como un procaz y furibundamente lujurioso tanga negro.
    
    —¿te he conquistado? —inquirió Tiziana al tiempo que yo babeaba al verla.
    
    —¡vaya que sí, muñeca!, ¡vaya que sí! —afirmé absolutamente.
    
    Tiziana fue andando hacia mi lenta y libidinosamente, mientras ponía ojos de lobacomehombres y yo estaba encantado y corrido de gusto ante esta obscena y lúbrica situación.
    
    Nos fundimos en un claro y caliente beso con lengua y mientras yo la abrazaba con una mano, con la otra la sobaba y toqueteaba el culo y ella me sobaba, cual golfa liberada, mi sexy tanga que tan calentorra, salida y lasciva la había puesto. Destilábamos mucha saliva, pues de tanta lujuria emanada por nuestras calientes lenguas explotaba lujuria, impudicia y mucha depravación.
    
    Separamos nuestros hambrientos cuerpos de lujuria y lubricidad y Tiziana se arrodilló lentamente ante mí para empezar a lamerme el sexo.
    
    —Soy tu esclava sexual, haz conmigo lo que quieras, cariño —expuso ...
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