Complaciéndolo
Fecha: 20/05/2018,
Categorías:
Poesía Erótica,
Autor: milfmature, Fuente: CuentoRelatos
... cuestiones de trabajo nos vimos de manera frecuente y pasamos del trabajo a conversaciones de nuestra vida personal, me habló de su divorció y yo le hablé de mi situación con mi marido, que estaba jubilado, que le había afectado mucho esta situación y que además tenía 10 años más que yo. Debo confesar que llegó a pasar por mi mente, ahora sí, estar con otro hombre, como éste: atractivo y gentil conmigo, y además más joven que yo, aunque dudaba se fijara en mí por mi edad.
Yo seguía complaciendo a mi marido, pues le comentaba que ese hombre insistía en tener intimidad conmigo. “¿Y cuándo le dirás que sí?” Me preguntó mi marido. Y yo para haber si ya terminaba esto, le dije que ya le había dicho que sí: el rostro de mi marido cambió por completo. Me propuso que lo invitara a nuestra cabaña de Valle de Bravo, que allí podría estar con él, que le diera tiempo para arreglarla, pues tenía tiempo que no íbamos y que le gustaría estar presente para vernos. Me dejó atónita, no sabía qué decirle, me estaba proponiendo algo inaudito, nunca imaginado, ¿a tal grado había llegado la mente perversa de mi marido?
Lo dio por hecho y el fin de semana fue a la cabaña con la sirvienta para limpiarla y con un trabajador. Colocó un cristal en una parte contigua a la recamara para poder observar sin que nadie se percatara. Regresó y me dijo que la cabaña estaba preparada para mi encuentro con ese hombre.
Yo no sabía qué hacer, me sentía mal por haber provocado toda esta situación. Pasó ...
... por mi mente decirle que me habían cancelaba la cita, que este hombre se había enfermado o hasta muerto. Mi marido estaba irreconocible, parecía que le habían inyectado algo, se le veía contento, esperando ese día.
Para esto, aquel joven que conocí empezó a insinuarse, me invitó a cenar una noche y acepté, me sentí halagada. Me propuso sin más estar conmigo a solas, con muchos cumplidos, que era una mujer muy guapa, que me diera una oportunidad a estas altura de mi vida, etc., lo que siempre le dicen a una mujer, pero todo esto me lo planteó de tal forma que me convenció, además de que me había agradado. Le dije que podría ser en una cabaña en Valle de Bravo, en un ambiente romántico. Al despedirnos le pregunté si no había problema que fuera mayor que él, me respondió que no, que le resultaba excitante una mujer madura, con tantos años de matrimonio, que significaba un desafío para complacerla totalmente.
Llegó el día, el acuerdo fue que yo llegaría con este hombre en la noche y mi marido ya estaría en la cabaña para observarnos sin que nos diéramos cuenta. A diferencia de las otras veces, me compré un vestido negro, pegado al cuerpo en la parte de arriba, y suelto en la parte de abajo, arriba de las rodillas, con zapatillas, me recogí el cabello. Cuando me vi en el espejo dudé en ir a esa cita así vestida, nunca lo había hecho pero finalmente lo hice. Cuando este joven me vio quedó estupefacto, pues siempre me había visto vestida conservadoramente. Fuimos a comer a un ...