Alas rotas.
Fecha: 15/09/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mis puños en una posición de pelea que había aprendido con tutoriales en internet e intenté visualizar a mi atacante, pero no era más que Fermín, que se enojó tanto con lo que dije que se desahogó con mi hermosa cara.
-Y no te pego otro tortazo porque te necesito vivo para salir de aquí...
-No te creas, te aprovechaste que estaba fijado en el pimpollo. Puede que sea un alfeñique, pero puedo repartir plomo a lo Rambo. Así que no te pases de listo.- dije mientras ponía mi mandíbula donde debía estar.
-¿Vas a ir? ¿O te pego más fuerte?
-Venga vale... Solo porque me lo pediste.- dije fingiendo orgullo, pero lo más sabio era no provocar a Fermín, que él sí había tomado clases de artes marciales de verdad.
-Si te llegas a devolver o arrepentir... Puedes llorar.
Me encaminé con los puños apretados y con los nervios a flor de piel, mirándola fijamente. Cuando estaba apunto de llegar a la puerta de cristal ella volteó a mirarme fijamente y me analizó de pies a cabeza para luego darme la sonrisa más dulce que alguien me ha dado jamás, ni siquiera mi madre cuando nací me miró con tanta dulzura. Puedo recordar ese sentimiento como si estuviera ahora mismo en esa fiesta, rodeado de toda esa gente que empezaban a ralentizarse hasta quedarse totalmente quietas. Como si el tiempo se hubiera detenido. Sentí que, efectivamente, me estaba esperando exclusivamente a mí. Sentí que conocerme con Fermín y todo lo que nos hizo llegar a colarnos a esa fiesta ya estaba escrito y ...
... planeado con el único propósito de encontrarme con esa diosa de vasta belleza; de conocerla y entablar una agradable conversación. Pero obviamente no iba a ser capaz, ya que había tomado por hecho que ella fue invitada a la fiesta (diferente a mí) y era parte de las chicas populares que solo les gustaba hablar de sus alocadas aventuras en Ibiza o en algún otro lado.
Me dio un bajón repentino y estaba a punto de devolverme cuando recordé las palabras de Fermín: "Si te devuelves te mato". Bueno... No fueron exactamente esas palabras, pero se entendía el mensaje. Volví a caminar hacía mi objetivo, que seguía mirándome como si esperase algo de mí.
Cuando estaba pronto a llegar al frente del asiento donde se sentaba, apareció Gadriel, el capitán del equipo de fútbol de la universidad, un Adonis completo; extremadamente apuesto; con ojos celestes que hipnotizaban a cualquiera, pelo un poco largo y corto a los lados, lacio y pelirrojo; con una barba de tres días bien arreglada pero natural; una altura que pasaba el metro noventa y un cuerpo de atleta envidiable. Estaba sin camisa y se podían ver sus increíbles abdominales y voluptuosos pectorales con unos brazos fuertes y llenos de venas. Pese a la descripción dada, no se engañen, el no era el típico matón que se robaba a las chicas y degradaba a los empollones, era amado por todos los de su facultad, incluyéndome. Siempre que alguien nos molestaba a Fermín y a mí, nos defendía y nos ayudaba a mejorar en nuestras relaciones con el ...