1. Alas rotas.


    Fecha: 15/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... resto de personas. Pero al igual que todo el mundo, tenía fijaciones por el sexo opuesto y cuando quería a una chica, siempre la conseguía. Siempre.
    
    Cuando lo vi acercarse a la muchacha volteé mi mirada hacía Fermín, y pude verlo decepcionado haciéndome una seña de "abortar la misión" mientras tomaba de una botella de Whisky con si fuera agua. Él y yo sabíamos que, contra Gadriel, no había caso siquiera intentar. Pero de repente, cuando estaba cabizbajo de camino a donde estaba Fermín, pude atisbar a Fermín haciendo señas en dirección a la muchacha con tal ímpetu que me sorprendió. Volteé y se me detuvo el corazón por segunda vez cuando la vi haciéndole a Gadriel una seña que significaba:"aparta bicho" sin siquiera mirarlo a los ojos. Mientras alejaba a Gadriel de su vista me estaba mirando fijamente, sonriente. La respiración se me cortó y no pude evitar sonreír de vuelta. Me llené de valor y volví a encaminarme hacia ella, mientras me acercaba pude ver como Gadriel se daba cuenta de lo que estaba sucediendo y me sonrió orgulloso de que por fin iba a tener una oportunidad con una mujer. Caminó en mi dirección y cuando nos cruzamos Gadriel y yo, me puso la mano en el hombro.
    
    -Toda tuya, campeón. Fóllatela en mi honor, ya que que no fui capaz.- esas palabras casi me hicieron llorar, pero me contuve como pude y miré a Gadriel como un niño que iba a ir al baño solo por primera vez.
    
    -Gracias por no insistir en ella, que seguro que la conquistarías con un poco de tu ...
    ... poesía.
    
    -No hay de qué, ya es hora de que te conviertas en un hombre.- dijo con una sonrisa dirigida a la posición de Fermín.-Tú enfócate en conquistarla mientras yo evito que los del equipo de basketball maten a Fermín, que a este paso se va a terminar en coma etílico.
    
    Caminé como todo un macho mientras en mi cabeza sonaba "Almoraima" de Paco de Lucía, una canción que sonaba a gloria y hombría en su esplendor. Por fin llegué a donde estaba la chica y, de pie frente a ella y sudando sodio, puse mi cara de seductor y le mostré la mano.
    
    -Hola nena ¿Quieres bailar?- dije casi temblando. Ella se me quedó mirándome frunciendo el ceño y luego soltó una carcajada. Me sentí humillado y estaba apunto de salir corriendo a mi casa maldiciendo el momento en el que creí buena idea sacar a bailar a una mujer.
    
    -Claro, guapo.
    
    Aún no he encontrado los versos necesarios para describir ese cúmulo de sentimientos inefables; una preciosa princesa me había dado su beneplácito por primera vez en mi vida ¡Y además me había llamado "guapo"! Pero ahí iba el problema, hice todo sin pensar y no me acordaba que no tenía ni la más remota idea de como bailar, y menos reguetón, que hasta ese momento lo maldecíamos Fermín y yo por ser música prosaica. Tuve que tirar mis principios por la ventana e intentar bailar el susodicho género infernal.
    
    Ella empezó a mover sus caderas al frente mío mientras reposaba sus manos sobre mis hombros y me miraba directamente al alma. Yo intentaba analizar como un ...
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