1. Lo que más duele es la traición junto a la insolencia


    Fecha: 17/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrada y salida se volvió frenético, ella con la mirada fija en los ojos de él, le agarró con las dos manos la muñeca acompañando el vaivén, como si Luís no tuviera la fuerza suficiente para introducir bien adentro los dedos. De pronto ella paró el movimiento manteniendo la mano apretada firmemente contra su entrepierna, puso los ojos en blanco y comenzó la convulsión típica del orgasmo donde los músculos alcanzan su máxima tensión y pasan luego a distenderse. Eso hizo que Bea se fuera deslizando, pegada a la pared, para quedar sentada, con los ojos cerrados, la cabeza ladeada hacia un hombro y la pollera en la cintura.
    
    Luís la dejó descansar un momento y luego la ayudó a incorporarse. Ya repuesta llevó sus brazos al cuello juntándose nuevamente los labios de ambos, sin la urgencia anterior, ella saboreando la lengua de él y como agradeciéndole el placer recibido. El beso terminó cuando las manos de Luís la dieron vuelta haciendo que se apoyara en la pared y parara la cola mientras le bajaba la bombacha hasta mitad de los muslos. Luego sacó la pija arrimándose y buscando la entrada. Al encontrarla se la enterró de un solo golpe, comenzando el vaivén de entrada y salida, que ella acompañaba con quejidos de placer. Cuando sentí que él empezaba emitir ronquidos y abría la boca preanunciando la corrida tomé a Lía de la mano.
    
    - “Vamos, esto me supera. Cuando vuelvas a tu casa ordená bien todo y solo lo que sea de tu propiedad, de manera que el traslado sea sin demoras. De ...
    ... vos necesito un favor, el próximo lunes cuando ella llegue mándame un mensaje. Yo te avisaré cuando esté frente a tu puerta para que silenciosamente me abras”.
    
    Volvimos a la mesa y con la ayuda de Lía disimule aceptablemente mi malestar hasta que fue hora de regresar a casa. Los dos días siguientes, cada vez que Bea se insinuó para tener intimidad, la mantuve a distancia con cualquier excusa. El lunes, ya en el estudio, la llamé para avisarle que llegaría más tarde de lo habitual por un caso nuevo que debíamos analizar.
    
    A las cinco y cuarto de la tarde recibí el mensaje de Lía avisándome que ya estaban en su casa. Cancelé todas obligaciones pendientes y salí para allá, demorando unos treinta minutos. Cuando estaba frente a la puerta de entrada le avisé, ella me abrió y entré sin hacer ruido. En ese momento se escuchó la voz de Luís.
    
    - “¿Quién es?”
    
    - “Nadie, me pareció que habían tocado la puerta”, contestó Lía y me hizo señas, indicando que estaban en el dormitorio.
    
    Evidentemente estaban tranquilos pues ni se habían molestado en cerrar la puerta, por lo cual sus voces se escuchaban perfectamente desde el comedor ubicado pared de por medio.
    
    - “Cómo aprieta tu culito tesoro”
    
    - “Seguí, seguí”
    
    - “Quién te coge mejor, el cornudo de Javier o yo”
    
    - “Vos papito, vos, métela bien adentro”,
    
    - “Ya, ya, te estoy llenando el culito de leche”.
    
    - “Sí mi amor siento palpitar tu pija con cada chorro que suelta”
    
    - “Espero que el cornudo no se dé cuenta del ...