1. Despertar


    Fecha: 20/09/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... era una chica guapa, con su pelo rubio natural y sus ojazos verdes, con las cejas finas y de rasgos suaves. Tania por su parte era también guapa, con un pelo castaño y largo, algo ondulado, con su tez blanca y dientes perfectamente alineados, de ojos marrones que es el color más frecuente en los países mediterráneos europeos y africanos.
    
    Eso si, Tania derrochaba en curvas con unos pechos redondos y grandes, y un trasero igualmente redondo y grande, con su estatura la hacían una mujer que destacaba en el grupo de chicas de su clase. En cambio Melisa no destacaba por tanto por su estatura como por su simpatía y sociabilidad, era hija única y sin duda el centro de atención tanto en su casa como en la clase o con su grupo de amigas.
    
    Físicamente también era muy mona, con unos pechos pequeños y redondos como naranjas y un culito respingón y subido. Su cuerpo no era de delgadez extrema y sus curvas también se insinuaban con mucho agrado a la vista, de echo los chicos se quedaban embobados mirándola, Tania lo sabía y le tenía una sana envidia.
    
    - ¿Y tú como lo vas ha hacer? -le preguntó Tania intrigada.
    
    - Pues no se, supongo que a lo mejor pruebo en la ducha, con el agua caliente y luego me acariciaré un poco después en la cama.
    
    - Si, la verdad es que esa será una buena forma sin duda.
    
    Y con esta animada conversación llegaron a sus casas y se separaron para el almuerzo.
    
    Ya por la tarde volvieron a salir un rato al parque, donde estuvieron hablando con el resto de ...
    ... la pandilla de su barrio, en la que había tanto chicas de su clase como otras mayores y más pequeñas. Pero curiosamente allí no se habló de sexualidad, sin duda este tema seguía siendo tabú entre las chicas y sólo a través de una confianza como la que ellas tenían podía abrirse un cauce que les permitiese hablar como ellas lo habían hecho al salir de clase.
    
    Cayó la tarde y el sol se ocultó, por lo que como buenas chicas volvieron a sus casas a estudiar un rato y hacer las tareas que les habían mandado para el día siguiente.
    
    Tras la cena Melisa entró en el baño para ducharse. Allí cerró y echó el pestillo con lo que se aseguró la máxima intimidad. Una vez hecho esto, se desnudó y se contempló en el espejo del baño. Apreciando cada centímetro de su piel, tanto por delante como por detrás.
    
    Se cogió los pechos, como si se los fuera a poner en su sitio, luego se giró y se agarró el culete contemplándose de espaldas. Finalmente levantó una pierna y apoyándola en un banquito que tenían para sentarse, contempló su preciosa y joven vagina. Tras todas estas auto contemplaciones sonrió y pensó que estaba buena, sin duda.
    
    Suavemente se mesó el erizado bello de su pubis, ya lo tenía bastante crecido, apenas lo había hecho en el invierno, pues aún se recordaba con la piel de melocotón en el verano pasado. Pero rápidamente su cuerpo había cambiado.
    
    Suavemente tiró de uno de sus labios y notó como su rajita se abría y mostraba un interior color rosado. La contemplación de sus ...