1. La otra Marta, placer y dolor (IV)


    Fecha: 22/09/2021, Categorías: Lesbianas Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... rasurado, quizás abultado por la postura indecorosa. Su mano se lanzó a acariciar, sus dedos me apretujaron la vulva y el ano, pellizcos a las nalgas. La otra mano, en mis pechos presos, los manipuló y estrujó. Los empujaba hacia un lado, luego hacia el otro, los elevaba y los comprimía, me los torturaba sin piedad. Temblé y me retorcí.
    
    - ¿Te gustan mis caricias, cariño?
    
    - Te gusta el trato que te da, ¿no es cierto? -Preguntaba Marta. Mientras hablaban, sus dedos seguían torturándome. El juego de la sumisión, era demostrar quién manda. Con respiración acelerada, jadeé. Mi cuerpo estaba tenso, excitado, el placer empezaba a invadirme y por momentos temí en no poder controlarme.
    
    - ¿Qué más quieres? -De repente, Flora cesó en la manipulación.
    
    - Por favor… -No entendía su petición.
    
    - Te daremos lo que necesitas -Los ojos de Marta me miraron fijamente. Me besó, no de ternura, sino de contacto profundo. Gemí como dando gracias, como diciendo que sí, que por fin, si aquello era el final.
    
    A petición de Marta, Flora se inclinó sobre la plataforma, colocando la mitad de su cuerpo entre mis piernas, me miraba con lujuria, se relamía los labios. Le hizo chupar un pene de látex, con la mano abierta le daba ...
    ... azotes en el culo y le palmeaba el sexo también. Después se colocó un arnés a la cintura y empezó a penetrarla por el coño, gritos y gemidos, no fingía. Pidió que la enculara, abrió mucho las piernas, apoyando sus tetas sobre mis piernas, vi y note como temblaba, sus piernas se estremecían, movía el trasero. Sus pechos bamboleaban, rozándolos en mi vientre y frotándolos entre mis piernas. Y detrás de ella, Marta, follándosela y empujándola cada vez más fuerte, dejó caer la cabeza a un lado y cerró los ojos, gemía, hasta que se corrió como un animal, para terminar tumbada sobre mí.
    
    - Hace tiempo que no disfrutas de una perrita como esta -. Marta de pie miraba complacida, ofreciéndome a su amiga…
    
    - Mi pequeña no te vas arrepentir, me estabas esperando ¿verdad? -La observaba anodada, mirada de deseo me estaba comiendo con la mirada.
    
    Eso me puso aún más nerviosa, la idea de estar allí tumbada desnuda y dispuesta a ser instrumento de su placer, me hacía sentirme en otra dimensión. Vencida, despojada de todo, iba a ser usada a su antojo, llevada al límite, saciada, lujuriosamente. Serian mis gemidos, suspiros y lágrimas, las que expresaron mi entrega y mi sumisión.
    
    Conseguir el placer salpicado de dolor. 
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