Modelo artística.
Fecha: 27/09/2021,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Laura iba uno a uno indicando detalles sobre cada dibujo.
Laura dio por finalizada esa fase y comenzó a decir:
- Ahora vamos a …
En ese momento la chica que me parecía envidiosa, le dijo a Laura:
- ¿Podemos hacer algunas posturas de desnudos?
¿Será cabrona? – pensé para mis adentros- ¿Qué quiere esta ahora?
- Sí, claro, íbamos a empezar… - dijo Laura condescendiente.
- Javier, poneros con la 11.
¿Qué era eso de la 11?, me preguntaba. Laura, adivinando mi pensamiento añadió:
- Ana, no te preocupes, deja que te coloque Javier. Los números se corresponden con posiciones básicas que ya tenemos definidas.
Javier, detrás de mí, con su pie derecho, empujó el mío hacia el exterior. Era evidente que tenía que separar más las piernas. Lo hice preocupada por el comportamiento del triangulito que tapaba levemente mi coño. Por una vez, permaneció en su sitio.
Me cogió de las muñecas y llevó mis manos hasta colocarlas sobre mis caderas. Parecía una postura más adecuada para dar órdenes que para recibirlas.
Javier seguía detrás pero no veía lo que estaba haciendo. No tardé en descubrirlo. Se pegó a mi espalda y pude sentir su polla directamente entre mis nalgas. Se había quitado el tanga.
Pasó sus brazos por el hueco que dejaban los míos y colocó las manos bajo mis tetas como si las sostuvieran.
- Deja que los veamos en su esplendor. – añadió Laura.
Javier entendió al instante lo que decía, e hizo un ligero movimiento con un dedo de cada mano. ...
... Los triángulos saltaron de su posición dejando a la vista mis pezones. Con los mismos dedos, comenzó a apretarlos y a moverlos arriba y abajo, a los lados y en círculo, mientras con el resto de las manos me agarraba fuertemente de las tetas.
Entendí que, para Laura, esplendor significaba ponerme los pezones excitados. El eufemismo era muy bueno. Se me ocurrió que Javier podría “abrirle un mundo nuevo retrospectivo”, como una manera elegante de indicar que le diera a ella por el culo.
Permanecimos un rato en esa postura mientras los dibujantes se afanaban en completar un boceto y mis pezones no paraban de crecer.
Según pasaba el tiempo sentía más presión entre las nalgas. No necesitaba ser adivina para comprender que Javier se estaba empalmando. El problema es que su roce, a mí, me estaba afectando.
Laura me miró y pareció comprender la situación. Se acercó a un mueble de la sala y vino a nosotros con un frasco. Parecía un frasco de aceite corporal con dosificador.
-Vamos a iluminar tu cuerpo. – Dijo Laura.
Sin mediar palabra, lo acerco a mis pechos y apretó el dosificador. Estaba caliente y sentí las gotitas que cubrían mis pechos. Javier debía saber cómo actuar y comenzó a esparcir el aceite distribuyéndolo con ambas manos y recorriendo mi cuerpo. Instintivamente coloqué mis manos sobre las suyas, acompañándolas, en un intento de controlar de lo hacía.
Se separó de mí y noté como los cordeles del sujetador dejaban de apretarme. Había soltado las lazadas de ...