Su amigo (Segunda y tercera parte)
Fecha: 27/09/2021,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos
Llegamos a la suite. Lo primero que llamaba la atención era, sin duda, el gran ventanal del fondo, que abarcaba toda esa pared y que daba al balcón. La vista era un espectáculo, no hacía falta encender una luz, con la iluminación natural que entraba de él era toda la que se necesitaba. Las paredes blancas, el piso de parqué. A unos pasos de la entrada se encontraba una mesa redonda con cuatro sillas. A la izquierda de esta había un equipo de sonido sobre un mueble de baja estatura con anchos cajones y detrás, se hallaba una amplia ventana cubierta con unas cortinas de madera. En el medio de esta gran habitación rectangular se encontraban dos entradas a ambos lados del lugar. Luego estaba, al fondo, la sala con sus sofisticados sillones de cuero y la tv.
Mi novia se puso a recorrer el lugar, toqueteando todo, como un crío, de manera que nos daba gracia: ¿y esto qué es?, ¿qué tenés acá?, ¡oh wow!... Al dueño, lejos de molestarle, se estaba descojonando de la risa. Más allá del humor de ella, de seguro estaba impresionada, por lo menos con el paisaje del ventanal. Me acomode en la silla, mi novia al lado y, seguido de ella, el colega.
-¿No tenías ganas de ir al baño vos? -Me recuerda.
-Cierto, cierto…
-Por este pasillo -apunta a la entrada de la derecha el tío. -La primera puerta.
Al levantarme, ellos se sonreían con complicidad. Ya me estaba acostumbrando a eso. Estaba oscuro el pasillo, entro al baño, enciendo la luz y me pongo a lo mío. Ni siquiera cierro la ...
... puerta.
Escuché un sonido que provenía desde allá, como el de un chupón. Hostias… lo relacioné al instante con escenas de peli porno, cuando la actriz está succionando el pene, lo presiona por el cachete hasta salirse y hace “paf”. Menos mal pasó cuando terminé porque se me empezó a poner tiesa. Tiro la cadena. Al salir, lo veo al colega de espaldas, dirigiéndose hacia la otra entrada. Gira a la derecha perdiéndose, dándome a entender que ese pasillo era como en “L”.
Vuelvo a mi asiento y la observo. Se estaba soltando el pelo, ese cabello negro, lacio, sedoso, con un intenso brillo que me volvía loco. Al verme se ríe de mi cara de pasmarote, me abraza y nos damos otro morreo. Siento sus gemidos, estaba cachonda. Su mano baja por mi hasta notar mi empalme. Se me acerca al oído:
-No sabes las ganas que tengo de que me comas la concha. No voy a aguantar hasta llegar a casa.
La miro pensativo.
-¿Y cómo hacemos?
Ella me hace un gesto de afirmación y se aleja. No entendí por qué, o qué fue lo que creyó a lo que me refería, pero bueno.
Llega el tío con un vaso de agua para mi novia.
-Negri, poné música -le dice luego de tomar un sorbo.
-Pero cómo no, florcita.
Estira el brazo desde su asiento y toma del modular un control remoto, presiona el botón y pip: “pero si le ponen la canción, le da una depresión...” se escuchaba del equipo.
-¡Wuuu! ¡Esooo! -se puso ella a bailar en la silla. -Cari, te cuento que Marcos sabe bailar muy bien.
-¿Ah sí?, tengo ...