Buscá en otro lo que no te doy, pero no me mientas
Fecha: 29/09/2021,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... Cuando las lenguas acusaron cansancio de tanto movimiento acariciante, que expresaba la mutua afectividad, me arrodillé desabotonando el vestido de la cintura para abajo. La mata de pelo bien arreglado fue un imán irresistible que recorrí, de abajo hacia arriba varias veces, con el dorso de la mano, mientras ella permanecía con los ojos cerrados y agarrando con fuerza el borde de la mesada. Progresando en la caricia apoyé ambas palmas sobre el final de los muslos, mientras los pulgares puestos en los vértices del vello pubiano estiraban la piel hacia arriba y hacia afuera. El resultado fue que lentamente se fueron abriendo los labios, permitiendo la aparición del clítoris cuyo capuchón se retraía dejándolo sobresalir erguido.
Que nuestros besos, caricias y contactos previos habían llevado la excitación a buena altura era testimonio fidedigno la cantidad de jugo que empapaba esa conchita. No pude superar la tentación, mis labios se lanzaron en pos del botoncito desafiante, y haciendo el mismo trabajo que si fuera un pezón, en un santiamén provoqué su primera corrida en mis brazos. Las manos que ciñendo mi cabeza apretaban vulva contra boca, cuando terminaron los espasmos, me separaron haciendo que, ya de pie, la abrazara.
- “No puedo más, por favor déjame descansar.”
Sentado en una silla, la ubiqué sobre mis piernas. Ella con la cabeza descansando sobre mi hombro me hizo saber el por qué de su proceder, de la impotencia de su marido, de la sugerencia de buscar un ...
... amante, de la elección que hizo y de su aprobación por Pedro.
- “Estoy segura que le debe causar algo de dolor porque me quiere, y en cierto modo, al lado del placer que me das, también tengo algo de remordimiento. Vos sabés que no me sos indiferente, pero lo que me inclinó decisivamente es que te considero incapaz de hacernos daño.”
Luego de estos minutos de descanso para ella, en que mi excitación no declinaba, pues su vestido, totalmente abierto solo le cubría los hombros, la hice ponerse de pie, para bajar mi pantalón y calzoncillo, sentarme nuevamente haciéndola montar de frente y a caballo de mis piernas.
-“Te pido dos cosas, que me dejes manejar la penetración y me des tu lengua para saborearla.”
Naturalmente, a un pedido así era imposible negarse. Se levantó ligeramente, agarró el tronco por la mitad ubicándolo en la entrada de la vagina, me hizo sacar la lengua y en el momento de sorberla empezó a bajar.
- “Querida, no sé cuánto podré aguantar sin correrme, has logrado que mi nivel de excitación sea altísimo."
- “Disfrutá mi amor, no te reprimas, y hacelo bien adentro, ayer terminé de menstruar.”
Cuando el glande topó con el fondo, sintiendo presiones sucesivas que semejaban un ordeñe, se abrieron las compuertas, dando comienzo a la serie de palpitaciones seguidas de chisguetazos que me dejaron agotado. Ahí pude disfrutar del puro afecto, que permanece una vez superada la pasión y se concreta entre los brazos femeninos, que antes urgían y ahora ...