1. Cosas que pueden pasar, pero no se pueden contar


    Fecha: 11/10/2021, Categorías: Bisexuales Autor: jag123, Fuente: CuentoRelatos

    ... de la vaselina abundante, recibía su mete y saca sin ninguna “objeción”. Las posiciones cambiaban, pero la finalidad era la misma. Pedro tenía casi una hora arremetiendo mi culo y yo completamente rendido y sumiso, me dejaba someter a su merced y a ese placer nuevo y desconocido. Cuando me puso de espaldas y levanto mis piernas para insertarme, pude ver su expresión: Su cara roja de lujuria y su mirada de caballo en celo. Me fijaba y dijo:
    
    «¿Cómo te encanta, perra, cierto? Lo entendí desde mucho tiempo y estaba esperando el momento propicio. Tu hembra te dejo porque tu prefieres recibirlo por el culo en vez de darlo y desde ahora en adelante, vas a gozar, pero como puta. Ha llegado el momento de bautizarte. Ponte sentado»
    
    Yo obedecí casi lamentando que me sacara su pene, él se quitó el condón y me acerco su polla que parecía estar por estallar a la boca:
    
    «Abre la boca, perra, chúpamela y trágate todo sin desperdiciar nada»
    
    Su polla hervía y pulsaba, era gruesa, pero con mi saliva logró metérmela casi toda. Estaba produciéndome arcadas de vómito, pero la cosa no lo detuvo. Pocos segundos más tarde, un fuerte chorro de esperma caliente empezó a llenarme boca y garganta. Una parte la trague directamente, otra salía por los lados de mi boca. Era abundante y viscosa, un sabor nunca probado. El empujaba su polla sin piedad hasta que termino completamente. Por fin Pedro se recostó en la cama a mi lado. Estábamos empapados de sudor y yo sentía que algo salía de mi ...
    ... ano. La cantidad de vaselina y algún otro líquido, me fui para el baño a limpiarme. Regrese a la cama con la esperanza que Pedro se hubiese marchado, pero al contrario me estaba mirando y dijo:
    
    «Ven a mi lado, ahora eres mía»
    
    Durante todo el tiempo que estuvo dándome polla, Pedro había usado siempre términos femeninos: Puta, perra, zorra, y ahora “eres mía”. Estaba claro que quería subrayar que me veía como a una mujer, y para colmo puta. Me acosté a su lado y el, empezó a acariciarme delicadamente:
    
    «Te gusto?»
    
    No le conteste y el volvió a preguntarme:
    
    «¿Dime, te gusto o no?»
    
    «Claro que me gusto, y tú te diste cuenta. Es algo que no imaginaba habría pasado y ahora estoy confundido»
    
    «Cuál es tu temor, que te hayas vuelto gay o que la gente sepa que alguien te desvirgo el culo?»
    
    «Quizás ambas las cosas. Espero que tu sepas mantener el secreto»
    
    «De pende de ti. Si tú quieres mantener el secreto, yo no diré nada, pero tengo que advertirte una cosa: Ya no podrás prescindir de mi polla, por lo che creo debemos volver a vernos»
    
    «Dame tiempo para reflexionar»
    
    «Si, pero empieza mañana, ahora necesito comerte el culo otra vez»
    
    Hizo darme vuelta y empezó con la lengua a lamerme el ojete. Inmediatamente volví a excitarme como una perra en celo. Era una sensación nunca probada antes per muy rica. Hizo que le mamara la polla, el culo y volvió a metérmela toda por casi toda la noche. Desde esa noche, Pedro se convirtió en mi amante fijo y por tres meses, ...