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Se rentan cuartos para estudiantes
Fecha: 15/10/2021, Categorías: Confesiones Autor: EmmaReyRey, Fuente: CuentoRelatos
... saliéndose por la parte superior y marcándolos bajo la tela de lo excitante que me parecía cazar a un nuevo chico. Tras atarme el cabello en una coleta alta me coloqué algo de labial rojo y unas notas de loción en el cuello, me deslicé unas zapatillas deportivas y ya, estaba lista para ayudarle a mi nuevo inquilino a instalarse. La cortesía es lo más importante. Por las cámaras lo vi desempacando una vajilla de trastos en la cocina, andaba en una calzoneta deportiva y una camiseta negra sencilla, descalzo. Me mordí el labio solo de imaginarme a ese chico diez años menor comiéndome el coño, me masajee los pezones para que se me resaltaran aún más y busqué el martillo y unos clavos, me dirigí al número seis, en el pasillo me encontré al inquilino del cuatro, Rodrigo, un estudiante de medicina de segundo año que, tras conseguirse una noviecita decidió alejarse de mí, pero vamos que mis visitas nocturnas no las niega. Al verme vestida como una zorra dejó las llaves caer al suelo y junto a su quijada, no sabría decir si iba de salida o de entrada. "¿Estás bien, Rodri?" pregunté acercándome y agachándome a recoger las llaves sin doblar las rodillas, sus ojos se desviaron a mi culo empinado y cuando me erguí de nuevo deslicé mi mano por su bragueta sintiendo la inminente erección. Rodri pasó saliva por la garganta y balbuceó, era un poquito regordete, no tenía barba ni ningún rasgo que destacara del resto, sería uno más del montón, pero me gustaba jugar con él y ponerlo ...
... caliente, hacerlo correrse en mi mano y pedirme que pare, era joven nada más. Me acerqué a su oído mientras seguía jugando con su bragueta, atenta al pasillo por si mi nuevo inquilino se asomaba. "¿Te la chupo más noche? ¿O le darás la lechita a esa noviecita tuya?" pregunté con un risa fugaz. "Ma-Mariana" balbuceo, aferrándose a los libros como si se le fuese la vida en ello. "No, yo le-le s-soy fiel a mi n-novia". "Ya lo veremos más tarde, corazón" respondí, dándole un apretón a su pequeña verga regordeta, haciéndole gemir y estremecerse. Lo dejé por la paz y retomé mi camino hacia el seis. Di dos toques frente a su puerta y sonreí automáticamente. "¡Hey, Eduardo!" saludé con las manos en la espalda. Como era de esperarse sus ojos se desviaron de inmediato a mis tetas casi descubiertas y de allí no se despegaron. "Te traje unas cosas que pensé que podrías necesitar para instalarte". El chico estaba boquiabierta, esos ojazos azules clavados en mis pezones erectos que más duros se ponían al saberse observados. Me moví de lado a lado con una fingida inocencia, su cabeza siguió la dirección de mis tetas como una serpiente encantada. "¿Eduardo? ¡Hola!" insistí ante su estupefacción. Lalo sacudió su cabeza y volvió a mirarme con esos ojitos azules. "¿Estas bien?" "E-Esto... Sí, sí, ¿qué me decías?" preguntó relamiéndose su labio y ésta vez fui yo la que quedó prendida del gesto, imaginándome esos labios comiéndome el coño. "Que te traje un par de cosas, ¿quieres ...