1. Se rentan cuartos para estudiantes


    Fecha: 15/10/2021, Categorías: Confesiones Autor: EmmaReyRey, Fuente: CuentoRelatos

    ... adivinar qué eso?"
    
    "No tengo idea qué puede ser"
    
    "Es para clavar duro" sonreí ésta vez mordiendo mi labio, el color subió a sus mejillas de inmediato. Saqué el martillo y los clavos de detrás de mí y se los extendí. "En mi experiencia es la herramienta número uno que los nuevos inquilinos terminan pidiéndome prestada, así que esta vez me adelanté y te la traje. ¿Y la otra cosa? ¿Adivinas?"
    
    De manera automática tomó el martillo y los clavos, sin despegar sus ojos de mis tetas de nuevo. Negó, pero sin mirarme el rostro, y yo comenzaba a mojarme solo con saber que ese chico se pondría duro en cualquier momento.
    
    "¡Mi ayuda, tontito! ¡Te ayudaré a desempacar!" respondí dando un pequeño salto en mi sitio, con ello mis tetas se balancearon y él siguió el movimiento con su cabeza.
    
    Me adentré en el apartamento sin esperar que me invitara, Lalo estaba lo suficientemente idiotizado como para hacer algo para impedirme cerrar la puerta detrás de mí. Vi las cajas aún a medias en la cocineta y comencé a sacar las tazas y cristales de sus envolturas para depositarlos en las alacenas, él dejó el martillo sobre el comedor y se quedó viéndome inclinarme sobre la caja que estaba en el suelo, sin doblar las rodillas, con el diminuto short metido entremedio del culo debía tener una vista espectacular.
    
    "N-No es necesario que me ayudes con esto, Mariana, de verdad" dijo con voz suave, aún estático junto a la entrada a la recámara. Yo agité mi cabeza con una negativa.
    
    "Ni ...
    ... hablar, tu madre me pidió como favor especial que te ayudara en todo lo posible. Anda, muévete y ayúdame a desempacar, cuando acabemos pediremos una pizza, ¿vale?"
    
    "P-Pero en serio" dijo con su voz temerosa, sonrojándose y rascándose la nuca, "no tienes que hacer esto. Mi madre es... exagerada".
    
    Dejé los plásticos de burbujas y la taza a la que envolvía, me acerqué a él y le abrí la silla del comedor, hice un gesto para que se sentara. Eduardo estaba sonrojado y algo acongojado, imaginé que sería la típica nostalgia tras dejar el hogar, así que, además de buscar mi propio morbo, decidí que el chico también merecía recibir algo a cambio, y quizá era la mejor forma de aproximarse a Lalo: por el lado sentimental y no instintivo.
    
    "A ver, Lalo... ¿te puedo llamar así?"
    
    "Claro" asintió, jugueteando con las pulseras de tejidos en sus muñecas, tenía al menos cinco en cada mano.
    
    "A ver, Lalo, si bien tu madre puede ser un poco sobreprotectora está permitiendo que vivas ésta nueva etapa de tu vida dándote más libertades de la que muchos chicos que he visto han tenido. Y no te creas, no iré corriendo a contarle todo lo que vea que haces o dices, eres un adulto responsable ahora y puedes hacer lo que quieras mientras no sea ilícito o mientras no sea en éste recinto... O en última instancia que no me entere" susurré con complicidad, aunque sabía que con las cámaras instaladas, poco ocurriría sin que yo me enterase, pero esto sirvió para que Lalo me sonriera por primera vez y se ...
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