Todos se cogen a mi mujer
Fecha: 15/10/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... mientras me acariciaba las piernas. Eran las doce de la noche. El barrio estaba silencioso. Mi casa estaba con las luces internas apagadas y las persianas bajas.
- ¿Te gustaría tener una historia para contarles a tus amigos? – le pregunté, mientras deslizaba mi mano por su pantalón. Tanteé el sexo erecto y comencé a masajearlo por encima de la tela.
- Si, me gustaría mucho. – Me contestó, y luego me besó de nuevo.
- ¿Te gusta? – dije, mientras aumentaba el ritmo de la masturbación.
- Me encanta.
- Dejame ver hacia la puerta. Si se abre y sale mi marido nos separamos y hacemos de cuenta que no pasa nada. Pero no te preocupes, no va a salir. Vos mirá al otro lado, avisame si pasa algún vecino.
Me besó el cuello, mientras sus dedos intentaban meterse por adentro del short del enterito. Le bajé el cierre, y ahora sentía en mi mano el sexo caliente y rígido. Él me agarró de la nuca e hizo fuerza hacia abajo.
- No. – dije. - Eso no. Necesito ver afuera para que no nos descubra nadie.
- No te preocupes, no voy a tardar mucho, estoy a punto de explotar. – dijo Walter, al tiempo que hacía mayor presión hacia abajo.
Malditos hombres, todos eran iguales. La caballerosidad les dura poco. Mis labios ya estaban haciendo contacto con la cabeza de su sexo, así que no me quedó otra que metérmelo en la boca. Me concentré en el glande, para que acabe rápido. Él me acarició el pelo, y con la otra mano el culo, cosa que pareció gustarle aún más que mis ...
... piernas.
Hizo un gemido profundo y su cuerpo se contrajo, y apretó con más fuerza mi nalga, por lo que supuse que ya iba a acabar. Me erguí, y mientras volvía a masturbarlo, miré para todas partes. A dos cuadras una de las vecinas estaba paseando al perro. Rogaba que no tueviese buena visión. La pija de Walter comenzó a largar su leche, que saltó unos centímetros y cayó sobre mi mano y ensució su pantalón.
Me limpié con un pañuelo descartable, mientras veía cómo la vecina con el perro se acercaba lentamente.
- ¿Nos vemos otro día? – Preguntó Walter.
- Sólo te prometí una anécdota divertida para contar. Y espero que sepas ser reservado. No des nombres ni direcciones. – le exigí, sabiendo que era improbable que cumpla con ello.
- Está bien, no te preocupes. Gracias. – dijo.
Me bajé del auto. Entré a casa. Andrés estaba en el living oscuro mirando una película. Si hubiese reparado en el ruido del auto cuando llegamos, y si se hubiese asomado por la persiana, me hubiera visto en acción, y así me evitaría tener que mentirle descaradamente.
- Hola gordi. – saludé a la distancia. – ya vengo, no doy más de las ganas de a ver pis. – le mentí, porque no quería que sienta el olor a semen en mi boca o en mi mano.
Me lavé, y me limpié los dientes, y después sí, fui a saludarlo con un cariñoso beso. Esa noche hicimos el amor.
No creo que haya un segundo encuentro con Walter, pero en varias ocasiones vi su auto merodeando por el barrio.
Fin.
6
Estaba frente a la ...