Todos se cogen a mi mujer
Fecha: 15/10/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... con un cisne.
Mario metió la mano por debajo de la minifalda, y se encontró con los hermosos glúteos desnudos de mi esposa. Los masajeó, y ante la sorpresa de mi mujer, le ordenó que me llame por teléfono. (Ya entenderán de dónde había sacado la idea “L” en el primer relato que leí) Valeria intentó negarse, pero él le recordó que ahora era su putita personal. Entonces me llamó, mientras la mano rasposa seguía escarbando por debajo de la pollera. “gordi, ¿podés hacer la cena hoy?”, dijo Valeria, mientras Mario comenzaba a besar sus muslos. “Claro amor, te espero con algo rico, pasala bien”, le había contestado yo. Mario levantó la minifalda, y le dio una lamida al clítoris. Valeria se estremeció de placer. “Nos vemos en un rato gordi”, me dijo, y colgó.
Él afirmó que nunca había conocido a alguien tan cornudo como yo, y la felicitó por ser una puta obediente. Le quitó la ropa y la cogió en el piso. La penetró por la vagina, y por la boca, la cual, apenas podía recibir semejante poronga. Luego enterró un dedo en su ano, cosa que, a lo largo de nuestros años de matrimonio, sólo se me permitió hacer en contadas ocasiones. Ya no quedaban orificios de mi esposa en los que Mario no haya entrado.
La dejó en paz después de dos horas. Valeria me tuvo que inventar que había surgido, en el momento, una cena con las chicas de zumba y que por eso llegó tarde. Esa noche durmió a mi lado, con su sexo dolorido.
En el tercer relato se veía claramente cómo mi mujer había caído en ...
... la sumisión. Aquí otra vez me dedica unas cuantas líneas debido a que yo no me daba cuenta de qué estaba pasando. Mario la había instado a ir al departamento del centro. En las semanas anteriores Valeria sí encontró excusas para evitarlo. Pero la paciencia de Mario llegó enseguida a su límite.
Valeria fue atada de manos y piernas, en la cama. Estaba asustada, porque no sabía con qué iba a salirle ese animal. Pero por lo visto sólo le gustaba verla así, a su merced. La poseyó de manera tradicional. Ella, ya sin esperar que se lo ordene, le repitió que era su puta, y también agregó que él era mucho más hombre que yo. Lo más interesante del relato fue cuando la obligó a tragar su semen, cosa que mi esposa siempre evitaba hacer.
Me estaba dando cuenta de que ahora me tomaba con mucha más naturalidad lo que leía. Hacía apenas algunas horas me había abandonado mi mujer, y me había enterado de que me fue infiel con incontables amantes. Pero ahora quedaba muy poco del espanto inicial.
Leí, ávido, la cuarta parte de la serie, y me encontré con una historia más interesante que las anteriores.
11
Sometida por el enemigo de mi esposo, parte 4
Lo de Mario se me está yendo de las manos. A veces invento excusas para no verlo, pero sólo me sirven para dilatar el encuentro por algunos días. Además, se está volviendo más exigente. Ya no se conforma con verme una vez por semana. Para colmo, parece tener tiempo de sobra, y no puedo esperar a tener la suerte de que alguna vez sea ...