1. La esposa de mi amigo


    Fecha: 25/10/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... minutos, su resistencia había desaparecido y de vez en cuando le daba alguna palmada en las cachas. Aquel polvo estaba siendo increíble. Laia, mi amiga, la esposa de mi amigo estaba con los pantalones bajados hasta las rodillas, con el niki subido hasta los hombros y recibiendo mi polla desde atrás con total sumisión.
    
    Se la saqué y le ordené que se desnudara. Quería disfrutar de aquel cuerpo a tope. Me obedeció sin oponer resistencia mientras yo también me desnudaba.
    
    La tumbé sobre el sofá y metí mi cabeza entre sus piernas para comerle el coño mientras acariciaba todas las partes de su cuerpo a las que podían acceder mis manos. Su excitación era muy alta, tanto que me llevó muy poco tiempo hacer que se corriera arqueando su cuerpo mientras intentaba quitar mi cabeza de entre sus piernas para que parara.
    
    Me incorporé y volví a metérsela ya sin prisas mientras la acariciaba y la besaba apasionadamente. Su cuerpo hacía rato que se había entregado, pero cuando comenzamos a besarnos supe que su mente también estaba entregada totalmente al placer. Estuvimos follando un rato más, cambiando de posición cada cierto tiempo.
    
    Cuando me cabalgó tuve la oportunidad de acariciar sus tetas tranquilamente mientras ella marcaba el ritmo de la follada. Me pidió, más bien me rogó que no me corriera dentro. Estaba en sus días fértiles y no se podía quedar embarazada.
    
    Tranquila putita, te los vas a tragar todo como me prometiste. Le dije
    
    La volví a poner de pie para follármela ...
    ... bien por detrás. Esta vez abrió sus piernas más ya sin la resistencia del pantalón en sus rodillas. Mi excitación ya estaba en su punto cúlmine así que se la saqué y le dije
    
    Chupa putita, chupa y acariciame los huevos para que me corra
    
    No le costó nada obedecer. El morbo de la mamada por obligación fue sustituído por el placer de una mamada por vocación. Aquella mujer, Laia, mi amiga, la esposa de mi amigo, me la estaba chupando con mucho placer. Ella saboreaba cada gota de líquido preseminal, estaba disfrutando de la felación.
    
    Hasta que exploté en una corrida más que abundante que Laia se tragó sin rechistar para seguir chupando un poco más hasta dejar mi polla totalmente limpia y seca.
    
    Se puso de pie, nos abrazamos y nos besamos tiernamente. Habíamos disfrutado ambos del polvo y eso se notaba.
    
    Gracias, le dije. Ha sido increíble.
    
    Esto no puede volver a pasar, aunque lo hayamos disfrutado
    
    Tranquila, le dije. Esto no va a volver a pasar.
    
    Le mentí. Ya conocía sus puntos débiles y pensaba aprovecharlos. Pero eso forma parte de otro relato.
    
    Cuando estuvimos vestidos y justo al terminar de acomodar los cojines del salón entró Jose y nos miró un poco sorprendido. Supongo que el sexo se olía desde la esquina y nuestras caras de placer nos delataban. Pero Laia estuvo muy rápida y le dijo
    
    Jose, mi amor, Miguel tiene una excelente noticia. Cuéntale, me dijo
    
    Me apresuré a contarle a Jose lo del trabajo y lo de la moto y se alegró muchísimo. Se abrazó a ...