Le llamaban El Apañao
Fecha: 01/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... necesitas algo me lo dices.
-Vale, de acuerdo.
En la cocina habíamos quedado que le iba a cambiar el grifo completo, que estaba de pena, le desatascaría el desagüe y le sellaría la junta del fregadero. En eso estaba cuando volvió Remedios.
- Has venido muy cargado. ---Me dijo señalando la caja de herramientas.
- Si. Es que nunca se sabe qué herramientas vas a necesitar, y procuro usar siempre la herramienta adecuada para cada cosa. Mira, el grifo ya está cambiado y el desagüe desatascado.
- ¿Y tienes herramientas para limpiar cualquier clase de tuberías? ---me preguntó poniendo toda la intención en sus palabras.
- Eso no se sabe hasta que no se ha visto la tubería. A lo mejor tendríamos que salir a comprarla.
- Yo creo que para la tubería que yo digo, no hace falta comprar nada.
- Tendría que ver la tubería, Remedios, si no es difícil saber.
- La que yo digo es esta. ---y se subió la bata hasta la cintura mostrándome su coño peludo, aunque recortado y cuidado.
- Tendría que verla más de cerca.
- Pues ¿a que esperas? Acércate y mira.
Me acerqué,la tomé por la cintura y levantándola la senté en la mesa de la cocina, hice que se tumbara, separé sus piernas empecé a pasear mi lengua por la raja de su coño, todavía sabía un poco al jabón de su reciente ducha, pero no era desagradable. No tardó mucho en inundarse con los fluidos vaginales, y se lo comenté, le dije que así, a primera inspección, no parecía que la tubería tuviera ningún atasco, ...
... y ella me contestó con la voz entrecortada, que siguiera inspeccionando, no fuera que hubiese una fuga. Me puse otra vez a la faena. Remedios había conseguido ponerme muy caliente. Daba lengüetazos a su raja y con mis labios tiraba de su clítoris, ella levantaba su culo muy excitada, metí mi mano entre su culo y la mesa y amasaba sus glúteos, cosa que parecía gustarle mucho. Los jadeos de Remedios se convirtieron en gemidos y palabras entrecortadas, y no paraba de mover sus culo. Para parar un poco esos movimientos que amenazaban con destrozar la mesa, le hice levantar las rodillas y ahora el recorrido de mi lengua se hizo más largo, pues iba desde su clítoris, pasaba por su raja y perineo y acababa en su ano, tan limpio, un breve descanso en esa zona y tomaba el camino de vuelta.
- ¡Ay, Paco, que gusto, Dios de mi vida que gusto, me voy a morir, Paco, me voy a morir de gusto, Pacoooooo! ¡Aaaaaahhhhh! ¡En el culo otra vez, Paco, en el culo.
Mi lengua no paraba. Buscó otra vez el culo de la Reme y esta al solo contacto de mi lengua dio un respingo que, con las rodillas casi tocándole la cara como estaba, casi hace una voltereta, soltó un largo gemido, intentó estirar sus piernas, que quedaron apoyadas en mi espalda y tras varios violentos espasmos, se corrió, pero se corrió que en un principio pensé que se estaba meando, pero yo seguía trabajando con mi lengua para prolongar su orgasmo al máximo, esa mujer se lo merecía después de tanto tiempo de abstinencia.
Se fue ...