Putachas nalgonas (Cap. 8) - Relatos Eróticos

Putachas nalgonas (Cap. 8)

Fue tanto el éxito de esa oferta navideña por parte de “Su Majestad” para entregar las sumisas en renta a domicilio sin cargo extra, que tuvo que asignar a sus nalgonas principales para que atendieran los teléfonos y algunas otras para aumentar la entrega puntual de la mercancía rentada en línea. La mercancía se entregaba empaquetada como era ya lo tradicional pero con el negocio en línea se ofrecía por un dinero extra la entrega de la mercancía empaqueta y dentro de su jaula correspondiente, opción que a muchas clientas les favoreció, ya que así tendrían donde meter a su mercancía en la noche sin riesgo de perderlas en un escape previamente planificado por las reclutas.

Está promoción no solo duplicó el éxito y la reputación con la que ya contaba su Alteza al entregar mercancía siempre de altísima calidad, sino que además había duplicado la ganancia que había tenido prevista para esta temporada de navidad y fin de año. Algunas de las perras de su Majestad por el alto rendimiento que debían tener a diario su desempeño se había visto afectado al empezarles a cobrar factura la edad, que aunque no era muy avanzada, por el esfuerzo diario que debían llevar a cabo , las fuerzas poco a poco iban disminuyendo.

Su Majestad tomando en cuenta que ya sus nalgonas originales estaban muy usadas no se podía dar el lujo de que bajara el rendimiento del servicio que tenía a sus pies, por lo que decidió hacer un llamado general a todo el sequito. Este al escuchar el llamado de su ...

... Dueña no tardaron casi nada en presentarse y arrodillarse de inmediato en tan solo unos 30 segundos ya que la vibración del collar con el cual eran llamadas era bastante incomodo, razón por la cual procuraban estar presentes y arrodilladas lo antes posible a los pies de su Dueña.

Una vez todas las perras postradas y en postura de adoración, el Ama dijo que por verse afectado el rendimiento de algunas perras por su edad, era más que necesario ofertarlas como mercancía de segunda mano en un mercado de esclavos propiedad de una conocida cercana.

Algunas perras entraron en incertidumbre de quien había disminuido su calidad de servicio, y que gracias a ello iban a ser recicladas como mercancía de segunda mano. Dicho esto Su Majestad guardó silencio y mandó de vuelta a su sequito para continuar en el cumplimiento de sus obligaciones; pero esta vez sabía que las había dejado con la duda de quién sería ofertada como mercancía barata por ineficientes y por ende todas darían su máximo esfuerzo al realizar sus tareas para no ser recicladas, ya que se habían acostumbrado al estilo de vida sirviendo a los pies de su Majestad, y aunque al comienzo fue bastante difícil acoplarse a la idea de ser unas perras domésticas después de un tiempo habían encontrado el modo de ser útiles a los pies de su Ama y ser tratadas con el respeto que su rango merecía.

La soberana y única Dueña de aquel sequito sabía perfectamente que perras era las que iba a desechar para reemplazar por nueva mercancía, ...