Viaje de ida
Fecha: 03/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos
Lo último que quiere Patricia es tener que viajar en coche durante ocho horas seguidas, pues, si en condiciones normales ya le resulta agotador, en su estado, todavía lo es más. ¿Por qué Gregorio no la complace en nada, ni siquiera ahora que está embarazada de siete meses? Patricia le dice por activa y por pasiva que no desea viajar, aunque sea por la buena causa de llevar a su hermano Javier. Ella insiste en que vaya solo, pero él no acepta un no por respuesta.
Su embarazo no está siendo lo que se dice agradable, ni física, ni tampoco emocionalmente. Las náuseas, la indigestión, las alteraciones en la piel, los cambios de humor y un largo etcétera son testimonio inequívoco de que no le está resultando fácil, sumado al hecho de no encontrarse atractiva, (y que probablemente por eso Gregorio no la toca) le hace pensar que no fue buena idea quedarse embarazada.
Parece que toda la ilusión inicial de tener un hijo se ha esfumado, dado que él se ha hecho más egoísta en el transcurso de esos meses, anteponiendo siempre sus necesidades a las de ella, cuando debería ser completamente al revés.
Javier no quiere ser el motivo de la disputa y le dice a su hermano que no le importa coger el tren, pero Gregorio insiste en llevarle, a pesar de las reticencias de su esposa a viajar, de tal modo que su testarudez le impide dar el brazo a torcer y su decisión final es irrebatible: viajarán de noche para que ella duerma, minimizando así sus dolencias, y de este modo zanja la ...
... discusión, evitando ponerse en evidencia delante de su hermano.
Después de tres horas de viaje, Patricia necesita orinar y hacen la primera parada en una estación de servicio de la autovía. No hay casi gente, sólo un matrimonio con sus dos hijos y un camionero tomándose un café en la barra. Los dos hermanos se sientan y retoman la conversación que mantenían en el interior del coche, mientras Patricia coge su bolso y se dirige a los servicios. Al mismo tiempo que lo hace, su mirada se cruza con la del recio camionero y se da cuenta de que la observa fijamente. Quizás pretende desnudarla con su mirada libidinosa, pero ¿quién puede encontrarla deseable con semejante barriga?, piensa.
Desde luego, su esposo no, y a los hechos se remite, cuando los dedos de su mano rebasan con creces los meses que hace que no la toca. En cambio ahora se siente deseada, aunque sea por otro hombre que ni siquiera conoce. Al cruzar por su lado, el camionero le sonríe y ella le devuelve la sonrisa tímidamente, enseguida baja la mirada y continúa su camino por el largo pasillo que conduce a los lavabos. El hombre abandona su silla y la sigue sin que nadie repare en él. Sólo Javier percibe una disposición anómala en la actitud de ambos y observa expectante hasta que el fulano desaparece por el mismo pasillo. Antes de que ella cierre la puerta, el camionero la sujeta con la mano y le vuelve a sonreír.
Es un hombre de complexión fuerte, con una barba de hípster muy bien arreglada. Lleva una camisa a ...