Sometiendo a mi suegra
Fecha: 05/11/2021,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cerda mientras te meto la mano en ese coñito que no tardaré en follarme, pero sabes que, antes voy a ver esas tetas que te gastas y que voy a disfrutar como un loco.
Mientras seguía con una mano martirizando su húmedo e hinchado clítoris, con la otra comencé a desabotonar la blusa muy lentamente, acariciando con suavidad cada trozo de piel que quedaba al descubierto. Con el cuarto botón ya acariciaba parte de los pechos que andaban enclaustrados en un bonito sujetador blanco.
No deje de desabrochar hasta llegar al último que sobresalía fuera de su falda dejando su ombligo a la vista. En ese instante maite ya gemía sonoramente y su entrepierna rezumaba flujos que empapaban mis dedos. Pero no me importaba, solo deseaba seguir disfrutando de ella así que tiré de la camisa y deshice el último botón separando la camisa dejando su pecho a la vista.
Las tijeras que previsoramente había traído hicieron su trabajo y la prenda quedó lista para que, con un ligero estirón, acabará en el suelo y sus tetas totalmente a la vista, deje su coño en paz un momento y mis manos no tardaron en amasar aquellas ubres duras y firmes que estaban coronados por unos hermosos pezones totalmente erectos.
Joder que tetas, sabes, tu hija las tiene grandes pero las tuyas son impresionantes, menudas cubanas saldran se esas ubres. Y con lo puta que eres no tardaré en disfrutarlas. Pero vamos a ir por partes, ahora voy a desatarte las piernas.
Carlo or aor, o iga - suplico mientras yo, sin ...
... atender sus palabras deshice las ataduras y la hice ponerse de pie.
No me costó encontrar el cierre de su falda, una cremallera en la parte trasera que cedió con facilidad haciendo que la prenda no tardara en descansar en sus pies. Unas bragas clásicas aparecieron pero las tijeras no tardaron en quitarle su función con dos cortes en sus laterales que las dejaron colgando en su entrepierna y dejaron a la vista desde mi posición su culo.
Demasiada tentación a mi alcance, así que antes que pudiera reaccionar, me había sentado yo en la silla y la había tumbado sobre mis rodillas, comencé a nalguear con fuerza. Le caían azotes en ambas nalgas, que no tardaron en enrojecer claramente, mientras de su abierta boca salían claros quejidos que me incitaban todavía más.
Menudo culo cabrona, seguro que cuando te lo parta vas a gritar igual, pero me va a dar igual porque hoy no te vas de aquí hasta que te meta mi tranca hasta el fondo - le dije sin dejar de martirizar su trasero.
Llegó un momento en que dejó de pelear, y solo sus quejidos acompañaban mis azotes, así que, entonces acaricie sus nalgas y mi mano bajó por ellas hasta pasar por su ano. Ella noto la presencia de mis dedos en su puerta trasera y note como se tensaba, pero mi objetivo era otro, asi que segui bajando hasta encontrar la encharcada entrada de su sexo y sin ninguna delicadeza la penetre con dos dedos y comencé a follarla con ellos.
Si su actitud hasta ese momento había sido contenida, aquella intromisión ...