La chica de mis sueños
Fecha: 05/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... cómo la miraba pero tenía que irme de allí lo antes posible. Sentí vergüenza. Llamé a mi trabajo y dije que me iba a casa, ya que me había pillado la tormenta en la calle.
Los días siguientes no escuché nada de ella, ni un mensaje de gracias, o de cualquier otro tipo. Me acojoné, pensé que la había cagado, se había dado cuenta seguro del repaso que la di con la mirada. El fin de semana fuimos a casa de los padres de Aneka, para la típica reunión familiar. La ocasión esta vez era hablar de la boda de Karl, el hermano mediano, que se casaba en 2 semanas con una chica con la que salía desde hacía un par de años. Estaba nervioso por cómo me recibiría Dana, o peor, por si le hubiese contado algo a Soren. Por fortuna nada ocurrió, es más, Dana, dentro del estado de ánimo algo más decaído que tenía, charló amigablemente conmigo y se disculpó por no darme las gracias antes por haberla ayudado el día de la tormenta. Sin embargo, parece ser que no se lo había contado a nadie, lo que me resultó raro.
La boda se celebró a mediodía, y por la tarde cenamos en un restaurante que tenía un club en el piso de debajo. Como es tradicional allí, a la cena y fiesta acudimos un grupo pequeño de los familiares más cercanos, unas 30 personas en total. El alcohol fluyó durante la cena, y después en la pista de baile. Tanto Aneka como Dana, necesitadas anímicamente de ello, iban bastante contentas. Dana vestía un elegante vestido rojo pasión por encima de las rodillas, sensual para lo habitual ...
... en ella. Era la fotógrafa oficiosa de la boda, por lo que iba con su móvil haciendo fotos. Se la veía animada, por fin después de tanto tiempo, aunque fuese fruto del alcohol. Era ya tarde, y no me había prestado especial atención hasta ese momento. Aneka estaba en un sillón, medio borracha, hablando con sus primos, y yo estaba de pie con mi copa apoyado en una mesa, cuando vi que Dana finalmente se me acercaba, sonriendo y caminando con cierto desequilibrio. Sin dejar de sonreír y a un metro de mí, dijo:
- Una sonrisa del chico más guapo de la fiesta!
Sorprendido por la espontaneidad, miré alrededor, y vi que Soren seguía en el club, hablando con algún familiar. Me pregunto qué hubiese pensado de esta afirmación. Se puso detrás de mí, alargó el brazo con el móvil en la mano para hacernos una foto. Entonces se acercó más para salir los dos, y noté que apoyaba su cuerpo en mi espalda. No se apoyó fuertemente contra mí, pero tampoco fue un ligero roce. Sentía claramente sus tetas, y estoy seguro de que ella se estaba dando cuenta de que estaba apoyándose con ellas en mi espalda. Puso su cara a unos centímetros de la mía, y sacó la foto. Un relámpago recorrió mi cuerpo, presionando mi pecho, los pocos segundos que estuvo apoyada contra mí. Me vinieron a la cabeza las imágenes de ella empapada, en tanga y sujetador, sus tetas apretadas dentro, botando, esas mismas tetas que ahora estaban apoyadas contra mi cuerpo. Mi polla empezó a dar saltos, mis piernas a flojear. Una vez ...