La chica de mis sueños
Fecha: 05/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos
... había pillado una buena borrachera. Salí a caminar, mientras me comía la cabeza sobre lo que había pasado la noche anterior. A parte del remordimiento, había otra pregunta, egoísta, que no podía quitarme de la cabeza. Fue lo ocurrido consecuencia del día de la tormenta y del alcohol? O se había fijado ya antes en mí? No me atreví a escribirla, pero necesitábamos aclarar las cosas. No había sido un desliz con una desconocida. Éramos en cierto modo familia, y nos íbamos a seguir viendo sí o sí. Tenía que hablar con ella, tenía que mirarla a los ojos y asegurarme de que había sido un error, por mucho que hubiese fantaseado en el pasado con ella.
Soren iba a estar un par de días fuera esa semana. Dana trabajaba miércoles y jueves, por lo que el lunes estaría en casa. Y yo no podía esperar. Tomé una decisión impulsiva, quizá no muy reflexionada, estaba en un momento muy confuso. El lunes por la mañana me despedí de Aneka como si fuese a trabajar. Llamé a mi trabajo para decir que estaba enfermo, y me fui directo a casa de Dana. Esperé al otro lado de la calle hasta que vi marcharse a Soren. Entones crucé, y llamé al timbre. Solo esperaba que Dana no le hubiese confesado nada. No tenía ni idea de cómo iba a responder. Quizá no me quisiese ver. Me había convencido a mí mismo de que tenía que verla para aclarar las cosas. Pero era esto cierto? Era esta la única razón por la que necesitaba verla? En mi mente repetía una y otra vez el momento en el baño, la sensación que sus ...
... labios me habían provocado al tocar los míos, la sensación al sentir sus tetas, su mano tocando mi polla. Vivía una lucha interna.
De repente sonó el aparato y la puerta se abrió automáticamente, sin mediar ninguna palabra. Quizá Dana se pensó que Soren se había olvidado algo y abrió sin preguntar. Subí las escaleras, lentamente, mi corazón martilleando contra mi pecho. Llegué a la puerta, dudé un momento, y llamé. La puerta se abrió, y apareció Dana. Llevaba puestos unos leggings ajustados, y una camiseta sin mangas. Qué preciosidad de mujer. Se quedó muda. Esos increíbles ojos azules sorprendidos al verme. Yo tampoco sabía qué decir. Las palabras se atropellaban en mi mente. Finalmente habló ella.
- Qué haces aquí - dijo con voz temblorosa
- Tenemos que hablar de lo que pasó. Tenemos que arreglar esto lo antes posible, antes de volver a vernos con toda la familia delante - respondí
Se retiró, cabizbaja, quedando apoyada contra la pared. Entré cerrando la puerta, quedé enfrente de ella. Viéndola apoyada contra la pared, con la cabeza agachada, indefensa, derrotada, se me olvidó cualquier razón por la que había venido, y la abracé. Tras un segundo, subió los brazos para rodearme el cuello, y me devolvió el abrazo, mientras la oía sollozar. Nos quedamos un rato abrazados hasta que me separé ligeramente. Dana levantó la cabeza, y se me quedó mirando con esos ojos azules claros, llorosos ahora. Me miraban de una forma especial, me tenían atrapado.
- El niño está ...