Abuso
Fecha: 06/11/2021,
Categorías:
No Consentido
Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... tiempo, el policía le cruzó la cara con dos bofetadas. La mujer quedó paralizada:
-A ver si le queda claro señora. Le hemos dado la posibilidad de declarar y mejorar su situación. No ha querido. Así que ahora debe acompañarnos a ver a alguien con más autoridad.
La cogieron por los brazos y, casi arrastras, la sacaron de la sala y la llevaron por unas escaleras descendentes. Karolina gritaba y pataleaba intentando no ir. La planta inferior era un sótano húmedo y maloliente semejante a las mazmorras de un castillo medieval. La mujer había oído leyendas de estos sótanos y de los abusos policiales, pero nunca se lo creyó. Y ahora era la protagonista de una de esas leyendas. La metieron a la fuerza en una habitación sim ventanas. Solo iluminada por una bombilla amarillenta, con las paredes de ladrillos sin pintar y el suelo de cemento casi deshecho por la humedad. En la pared del fondo un oficial de policía estaba sentado tras una mesa sobre la que apoyaba los pies. Su actitud era chulesca.
Los otros dos colocaron a Karolina de pie frente a su jefe. La mujer sintió frio y miedo. El tipo se puso de pie. Era mucho más alto que ella y su uniforme marcaba un cuerpo muy musculado. Su aspecto mal encarado daba auténtico pavor:
-Así que esta es la mula que se niega a confesar.
Los policías asintieron mientras ella era incapaz de articular palabras. Estaba inmovilizada:
-A ver, zorrita, tienes dos opciones: o lo haces por las buenas, o lo haces por las malas. -Dicho ...
... esto la agarró por el cuello de la camisa y de un tirón se la rompió.
Los botones saltaron por los aires y quedó abierta dejando al aire sus tetas:
-Mirad chicos. La zorrita nos brinda un espectáculo de topless…
El oficial alargó sus manos para acariciar las tetas de Karolina. La tensión era máxima y el cuerpo de la mujer empezó a reaccionar. Las grandes manos de aquel policía sobre sus pechos le resultaron excitante. Sus pezones se endurecieron.
-Así que te gusta, ¿no, zorrita?
Ella no decía nada. Pero incomprensiblemente aquel abuso y aquellos insultos la excitaban. Su coñito volvió a inundarse de flujo vaginal. El oficial la obligó a arrodillarse ante él. Se desabrochó el pantalón y se sacó la polla:
-Te la vas a comer, zorrita.
Ante la cara de la mujer, una polla gruesa, erecta, con las venas marcadas:
-Agárramela puta.
Karolina acercó su mano y agarró el miembro de aquel oficial de la policía. Estaba dura y muy caliente. La imagen no dejaba de ser morbosa. Ella arrodillada ante un policía, con la camisa abierta y las tetas fueras, estaba siendo forzada a chupársela delante de otros dos policías. Acercó su cabeza hasta la polla. Con la lengua lamió el capullo antes de introducírsela. Abrió todo lo que pudo la boca pero el grosor era enorme. Casi no le cabía. Por fin comenzó a mover la cabeza a lo largo de la polla de aquel cabrón. Notaba como le llegaba a la campanilla. El tipo suspiraba alabando su técnica:
-Joder, qué bien mamas, puta ...