Con María, la mujer de mi amigo
Fecha: 13/11/2021,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Mike a mi amigo y no me gustaría estropear una buena amistad por un calentón.
Ella metió su mano entre medias de los dos y me agarró la polla por encima del pantalón, e inició un movimiento de roce y dándome apretones en la punta como si me masturbase.
M – ¿Te refieres a este calentón? Y tras decirlo separó su cara y se me quedó mirando fijamente a los ojos, apenas a un centímetro de mi boca
Y – Me refiero a ese calentón que tienes en la mano, y al que tienes tú entre las piernas. María, tú estás muy buena, y yo no soy de piedra, así que o paras, o aceptas lo que venga después.
Siguió sobándome la polla sobre el pantalón, mirándome a los ojos y a los labios, esperando que me decidiese a besarla.
M – ¿Te parece que haya decidido parar?
Y – Ok, una cosa quiero dejar clara… NADIE!!! repito, nadie puede saber lo que pase a partir de este momento. Si no vas a saber estarte callada, mejor párate ahora.
Aquello, lejos de hacerla parar, lo que hizo fue disparar su lujuria y me empezó a besar de un modo desenfrenado. Me besaba con verdadero deseo, como si realmente lo hubiese estado deseando toda la noche. Yo ya decidí dejarme llevar y la besaba con el mismo deseo, mientras mis manos ahora ya la agarraban del culo sin ningún disimulo y me apretaba fuerte contra ella.
Tras un rato besándonos, los dos teníamos un calentón de mucho cuidado, y además estábamos montando el numerito allí, así que le pregunté si realmente le apetecía bailar o prefería que nos ...
... fuésemos de allí. No se lo pensó. Se agarró a mi cuello y me habló al oído.
M – Sácame de aquí y enséñame como follan los españoles.
Aquello me dejó bien claro que esa noche iba a hacer con ella lo que me diese la gana. Le sonreí y la volví a besar, esta vez uno corto. La agarré de la mano y salimos de allí.
Por el camino tratamos de comportarnos, pero al llegar al coche, se me abalanzó sin darme tiempo a arrancar, y nos empezamos a besar con mucha pasión. Ella no paraba de sobarme el paquete por encima del pantalón, y respiraba agitadamente. Se notaba que estaba muy excitada. Yo no pude evitar llevar mis manos a sus tetas. Abrí un par de botones de la blusa que llevaba y aquello me dejó ver un canalillo de formas voluptuosas. Tenía unas tetas enormes, y al meter la mano por dentro del sujetador buscando sus pezones, noté que no eran unas tetas caídas precisamente. Se notaban duras. Enseguida llegué al pezón, que ya lo tenía duro, y al notar el tacto de mi dedo dejó escapar un suspiro y me mordió el labio.
Estaba intentando desabrocharme el pantalón, y en ese momento tuve claro que como me consiguiese sacar la polla, ya no íbamos a poder parar, así que la detuve.
Y – Espera, espera María, aquí no, que me conozco, y como me la saques, ya no la guardo sin haberte follado.
M – Eso es exactamente lo que quiero. Déjame que te la saque.
Y – Nooo, espera, joder. Vamos a mi casa, que a estas horas ya no nos ve nadie entrar juntos y allí estamos más a gusto.
Conseguí ...