1. Orgia en casa de la jefa


    Fecha: 16/11/2021, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... su goce y su excitación.
    
    - Aahh, que cachonda me estás poniendo. Necesito que me folles -me decía mientras no paraba de besarme en la boca. - Te escapaste el día de mi cumpleaños. Lo organicé todo para que fueras mi regalo y no te pude follar aquella noche. He estado soñando con follarte desde entonces.
    
    - ¿Quieres que te folle? -le dije cogiendo su preciosa cara entre mis manos - Eh, dime, ¿quieres que te folle? Pues pídemelo. ¡Pídemelo! -le decía dándole besos en la boca.
    
    - ¡Fóllame! ¡Fóllame! Quiero que me folles. Quiero que me folles como a una puta. Necesito que me metas este pedazo de polla, quiero sentirla muy dentro -me decía mientras pajeaba mi miembro.
    
    Le cogí en volandas y le senté sobre la encimera de mármol entre el hueco de los dos lavabos y con la espalda apoyada en el espejo. Tenía a mi jefa desnuda ante mí con su coño rebosando flujo vaginal de lo cachonda y excitaba que estaba. Le empecé a besar los pies por encima de las medias y fui subiendo por sus muslos, sus caderas, su tripa, sus tetas donde me recreé chupando y mordisqueando sus duros pezones. Continué por el cuello y volví a su boca una vez más. Siempre volvía una y otra vez a esa boca de labios perfectos que me volvía loco.
    
    Recorrí su cuerpo, pero esta vez en sentido inverso con la salvedad que cuando llegué a la altura de su estómago, continué bajando hacia su pubis primero, donde me entretuve un poco dándole pequeños mordiscos, para después continuar bajando hacia su clítoris.
    
    Le ...
    ... separé un poco las piernas para tener una visión perfecta de su coño. Tenía su sexo completamente húmero. Pequeños hilillos de jugo vaginal se deslizaban por el interior de sus muslos. Me incliné para verlo más de cerca en toda su plenitud y pude notar su olor a sexo. Era un coño precioso, pese haber tenido dos hijas, parecía el coño de una actriz porno. La pipitilla bien definida y los labios vaginales no muy grandes, lisos y de color rosa, preciosos.
    
    - ¿Quieres que te coma el coño? -le pregunté con la cabeza hundida entre sus piernas.
    
    - Sí por favor, cómetelo que estoy muy cachonda y no puedo más -me dijo mientras me sujetaba con las dos manos de la cabeza y la dirigía hacia su sexo.
    
    Le di un rápido lengüetazo a lo largo de toda su vagina desde el perineo hasta su clítoris. No se lo esperaba ya que dio un respingo y dejó escapar un gemido de gusto. Volví a repetir la operación esta vez deleitándome en toda su extensión y con la mayor de las ganas. Su coño sabía a gloria, era una mezcla del flujo dulce, con el punto salado de sus gotitas de pis y el olor del gel con el que suponía se lavaba. Me empleé a fondo en recorrer su sexo con mi lengua en su totalidad, dándole el mayor placer que podía mientras que ella empujaba mi cabeza contra su coño marcándome el ritmo a seguir.
    
    Se corrió en menos de dos minutos entre potentes jadeos y convulsiones.
    
    - Sí, así, así, así, sigue, ahhh, que gusto, que gusto, no pares, sigue así, hhhmmm, aaahhh, me voy a correr, me voy a ...
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