Orgia en casa de la jefa
Fecha: 16/11/2021,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su cuello al alcance de su amante.
No pude ver nada más hasta lo que deduje fueron un par de horas más tarde. Daniela se acercó por detrás y cogiendo mi más que erecta polla, me susurró al oído:
- Hhhmmm, veo que se te ha puesto dura viendo como tu mujer se va a follar a otro. Ven que yo voy hacer que te olvides de ella por un buen rato – y tirándome del brazo me sacó del salón en dirección al pasillo que llevaba al fondo de la casa y a su dormitorio.
Me llevaba cogido de la mano como si fuésemos un par de novios. Iba con las tetas al aire, pero mantenía el liguero con las medias, dejando todo su culo y su sexo al aire. Iba con tacones lo que hacía que casi estuviésemos a la misma altura. A mitad del largo pasillo, se paró y se abrazó a mi cuello dándome un sensual y húmedo morreo. Mi mente se desconectó en ese momento y me olvidé de todo; me estaba morreando con mi jefa y le tenía desnuda entre mis brazos como tantas veces había imaginado.
Bajé mis manos y le agarré de ese culo de cachetes perfectos. Notaba como mi polla en su maravillosa extensión chocaba contra su pubis, tuve que acomodármela para poderme pegar bien a ella y continuar con ese beso que había pasado de ser sensual a encendernos y transformarse en lascivo y lujurioso.
- Ven, vamos, entra en el baño que ya no puedo más. Llevo toda la semana cachonda como una perra y quiero follarte como una autentica zorra - me dijo agarrándome de la polla y mirándome a los ojos.
Entramos en el baño a ...
... trompicones por la excitación, cerré la puerta y le empotré contra la misma una vez estuvimos dentro. Seguíamos besándonos como dos adolescentes en su primera cita. Bajé mi mano esta vez para tocar su coño y pude comprobar que estaba completamente encharcado de flujos vaginales.
- Quítate esto, no lo vas a necesitar. Quiero verte la cara -le dije arrebatándole la máscara y arrojándola a un lado junto con la mía.
- Oohh, hhhmmmm, mira como me tienes de húmeda. Qué ganas tenía de estar a solas contigo - me dijo sin parar de besarme.
- ¡Qué buena estás cabrona! - le contesté cogiendo sus tetitas entre mis manos. Eran pequeñas en comparación con las de mi mujer, pero suficientes para que me cupieran en las manos. Tenía la espalda arqueada y levantaba su pecho para que sus pechos estuvieran más duros y turgentes. Sin parar de morrearnos, jugaba con sus pezones entre mis dedos haciendo que se pusieran muy, muy duros. Eso le estaba poniendo más cachonda si cabía.
- Hhmm, ahh, sí así, sigue, hhmmm, ¿te gustan mis tetas? -me dijo mirándome a los ojos con cara de vicio.
- Claro que me gustan -le dije cogiendo una de sus tetitas entre las dos manos y metiéndomela entera en la boca mientras le miraba a los ojos.
Ella cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, en claro gesto de goce absoluto mientras que no paraba de gemir, lo que dejó su cuello al descubierto. Me lancé a por su cuello como un poseso. Le besaba, le lamía, incluso le daba pequeños mordiscos que incrementaban ...