1. Placeres peligrosos


    Fecha: 20/11/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... Cristina se estaba sintiendo violada. Aquello ya no era consentido. Los dos volvieron a ignorar sus súplicas, por añadidura, Jorge la sacó de su boca y se tumbó boca arriba cogiéndola a ella bruscamente y colocándola encima de él para que lo montara, y Julián se recolocó en su retaguardia, volviéndosela a ensartar en el culo, procurándole ahora un doloroso sándwich que nada tenía que ver con el anterior.
    
    La imagen de su marido cruzó de nuevo por su mente, sin embargo, esta vez fue muy diferente. Le pidió perdón en voz baja a Alberto, como si realmente estuviese sentado en el butacón contemplando como su esposa era ensartada por aquellos dos degenerados, reafirmando así el estado de degradación al que había llegado como mujer.
    
    Ahora sufría aquel suplicio y las lágrimas resbalaban por sus mejillas, estropeando su maquillaje. Aquella tortura duró media hora más entre sollozos y soportando un gran dolor, mas, cuando Jorge estuvo a punto, salió de debajo para ponerse de pie e introducírsela nuevamente en la boca, con la idea de llenársela de semen. Cristina estaba a cuatro patas, Julián seguía detrás de ella que, bajo ningún concepto quería apartarse de aquel receptáculo, puesto que su orgasmo era ahora apremiante después del tormento que significó para ella. Eyaculó en su ano gritando como un animal mientras se vaciaba dentro de ella. Por su parte, Jorge también estaba ya dispuesto y movió su pelvis con más brío y Cristina supo lo que se avecinaba. Seguía llorando, ...
    ... deseando que acabara pronto aquello. Jorge empezó a gritar de placer y a soltar todo un repertorio de insultos hacia ella, humillándola y deteriorando su dignidad todavía más, si eso podía ser posible. Su semen le inundó la boca rápidamente y, sin poder soportarlo, se sacó el miembro que la estaba ahogando, sin embargo, él seguía eyaculando sobre su cara, dejando su rostro compungido totalmente bañado de la abundante sustancia. Cuando hubo acabado le cerró la boca y le tapó la nariz, obligándola a tragárselo todo, arrancándole varias arcadas que acabaron en un vómito.
    
    Sólo después de estar más sereno y recapitular, Julián fue consciente de sus acciones. Al principio todo iba bien, y hubiese sido una noche inolvidable, pero debieron parar cuando ella dijo basta, y respetar el deseo de aquella mujer a decidir y a respetar sus pausas. Tomó conciencia de que pasaron del disfrute a la violación. De haber respetado sus pausas, hubiese sido una tarde inolvidable. Al verla en aquel lamentable estado, Julián se sintió podrido por dentro porque sabía que había sido partícipe de una violación. Y no sólo eso, sino que la violación fue a esa maravillosa mujer que había logrado calar hondo en sus sentimientos.
    
    Cristina se levantó de la cama y se dirigió rápidamente al baño a limpiarse. Sólo tenía ganas de desaparecer de aquel lugar y huir de aquellos individuos. Se lavó superficialmente, se mojó el pelo intentando quitarse como pudo el semen, y luego se secó el cabello con la raída y sucia ...